martes, 30 de junio de 2009

Puntos de vista

Alberto no era interesado, simplemente le gustaba la buena vida. Tampoco era vago, como opinaba toda la familia de Cecilia.
No ayudaba mucho con las tareas de la casa, pero no es que fuera cómodo, le gustaba tener sus tiempos para mirar 2 o 3 películas de corrido (tipo cine continuado), mientras Cecilia corría de acá para allá bañando a los chicos, preparando una mamadera para uno y el pañal para el otro.

El la veía pasar casi al trote y le decía “¿no te cansas de correr tanto? cuando puedas prepará un matecito así no miro la película tan solo ya que vos nunca me podés acompañar”

Ella estaba tan empeñada en que ese matrimonio funcionara que jamás discutía, le preparaba el mate y seguía con sus tareas.
Se conformaba pensando “lo que pasa es que la madre lo malcrió mucho, por eso es así, pero es un buen padre”
Ser un buen padre para Cecilia era no pegarle a los chicos, jugar con ellos de vez en cuando, siempre y cuando no interrumpieran ninguna película.

Y así pasaban los días, los meses, ella ahorraba peso por peso vendiendo cosméticos a domicilio, en el ratito que le quedaba libre entre guardería y colegio, para que él siempre pero siempre encontrara sus escondites y la plata desapareciera como por arte de magia.

Alberto no era ladrón, simplemente consideraba que la plata en un matrimonio se comparte y lo que era de su mujer era suyo también. Tampoco era mentiroso pero para qué decirle la verdad, sólo lograría lastimarla y ella nunca entendería su “solidario” punto de vista.

Eso si, era muy buen amante, eso nadie lo podía negar. Todas las noches se convertía en un tigre y la amaba sin parar, no importaba si ella tenía ganas o no, el era un buen marido y cumplía con sus deberes maritales. No era egoísta, solo pensaba que esos momentos de placer compartidos mejorarían la pareja.

Cuando los chicos tenían 4 y 6 años, en un descuido de Cecilia, en una de esas noches de pasión felina, ella quedó embarazada.
La verdad es que no tenía planeado otro bebé, ya bastante le había costado llegar hasta este punto, pero Alberto era muy católico y jamás hubiera aprobado un aborto.

Con mucho trabajo, cansancio y resignación el embarazo llegó a término. Ella ya estaba pesadísima y sin embargo seguía sirviéndolo como a un rey, aunque su cara ya no era la misma que con el primer bebé o con el segundo. Algo estaba cambiando en ella.

Eran las once de la noche de un jueves normal, los chicos dormían, la mamá de Cecilia había venido de visita.
El miraba un partido de fútbol por tele. Las contracciones eran cada vez más seguidas, esto lo sabía solo ella.

Con mucha dulzura y casi nada de energía se acercó a su marido y le dijo:
-Alberto, me parece que el bebé está por nacer, llevame al sanatorio.
-pará, no ves que está por meter un gol, bancame que termine el segundo tiempo, faltan 15 minutos nada más.
-no puedo esperar mi amor, me duele mucho, necesito ir ahora.
-espera un ratito sentate tomate un mate, ya te llevo.

Cecilia tomo su bolso, pidió a su madre que se quedara con los chicos y se fue, sola a parir a su hijo.
No fue al sanatorio donde estaba previsto que naciera, fue a otro donde trabajaba una amiga suya, obstetra.
A las dos horas nació Olivia, una beba preciosa, como lo habían sido cada uno de sus hijos. Al escuchar su llanto Cecilia supo que no quería volver a lo mismo, planeo cada detalle para su separación. Su madre se ocupo de mudar a los chicos y la ropa, su amiga de hablar con Alberto hasta que ella se sintiera fuerte para enfrentarlo.

Su suegra, que había venido a visitarla y se enteró de la noticia le dijo;
-Alberto no es malo, lo que pasa es que a él le gusta que lo hagan sentir bien, ¿sabes qué pasa? Es de Leo, y los hombres de Leo son así, hay que alagarlos para que se sientan seguros, como si fuera el rey de la casa ¿entendes? y de esa manera son los mejores.

Cecilia cumplía los años el 12 de Agosto era de Leo también, pero eso ni a su suegra ni a su marido nunca les importo.

lunes, 29 de junio de 2009

Eso no es tan simple

Una señora buscaba acompañassa por su hijo Edelio, una moneda de 50 centabos que había perdido en la ciudad de Buenos Aires. Mientras ella buscaba en un shopping, Edelio preguntó de dónde viene la leche. La madre respondió nerviosa, porque no encontrabal a moneda, "de las bacas". En ese mismo momento se intromete un joven extrño en la conversación, diciendo "Eso no es tan simple". El joven llevaba anteojos, tenía pelo negro y aparentaba no haberse afeitado hace meses.

Edelio: Entonces como es?

Joven: Bueno en realidad, la familia piñero, simpre tuvo problemas con la producción de leche. Así fue que gran parte de la próxima generación de esta decidió mudarce a la ciudad. Pero Juana no. Su padre siempre había sido muy estricto y Juan, hermano de Juana, fue muy "rebelde". Así lo decía por lo menos la señora Peres. Juan odiaba la vida del campo, el quería una vida con más acción. Además no estaba de acuerdo con la vida que llevaban los animales. Las bacas estaban encerradas.

Aparece Goerge clooney y dice, pero Agustín, las bacas en argentina viven felices, son libras en la pampa.

Joven: De dónde sabes que me llamo Agustín?

George clooney: Un famoso tiene que estar al tanto.

Joven (Agustín): hm.., bueno volviendo a mi historia que sucede en IRLANDA, las bacas tienen que estar encerradas durante la gran parte del año por el frío. Juan no estaba de acuerdo, por eso libero a las bacas. Ese episodio lo observó la doña Peres. Ella también se enteró del enojo de su padre que echo al hijo de su casa y castigó a Juana porn no haber echo nada en casa. Como castigo, él nunca más le iba a comprar una goma a ella y cada vez que Juana necesitaba una para el colegio, tenía que trabjar. Quedo completamente obsecionada con gomas y por eso tamién su frecuente pregunta "Goma?". Después de que Doña Peres sufrió un grave accidente, dónde se chocó su baston con el baston de su marido, la vida de la señora Peres cambio completamente. Ambos sobrevivieron el accidente. Además de acusar a su marido por intento de ascesinato, Doña Peres filmó una película done un joven liberaba a una baca de un zológico, dónde Luis sandrini hiso el papel de baca. Los economistas siguen sospechando que el fracaso de esa película fue una de las causas principales del a crisis. Más tarde un estado unidense se inspiro en esa plícula para hacer la película Free Willy. Pero volviendo a la leche. Juan decidió irse a la ciudad. Y Juana trabajo en el campo y termino la secundaria. Hasta el día de hoy Juana se encarga de ordeñar las vacas. La leche finalmente, se lleva a un lugar, dónde les hacen algunos procesos quimicos, para que sea de larga vida y tenga cosas que no son muy necesarias pero suben el precio de la leche como la vitamina B. Solo en muy pocos paises están los tipos que no pudieron encontrar un mejor trabajo que repartir leche. Hoy en día las personas prefieren comprar la leche en los supermercados. Bueno, masomenos eso y mucho más son los hechos que suceden antes de tomar un baso de leche.

Edelio: Pero yo me refería a la otra leche.

La madre no había encontrado aún los 50 centabos. Agustín saca 50 centavos de su bolsillo y dice "los encontre". Su madre salta de felicidad y después se van y Agustín también, pero George Clooney no, ese, se quedo.

sábado, 27 de junio de 2009

Mucho en juego

Nos miramos con complicidad. Yo te tiré un beso y vos me guiñaste un ojo. Me reí de los nervios pero traté de disimular porque no quería que ellos se dieran cuenta de lo que teníamos. Había que esperar, actuar con aplomo, no podíamos comportarnos como dos chicos. Yo tenía treinta y uno y vos treinta y tres. Ellos tenían mucho menos.

Me hiciste una seña para que no dijera nada, vos te ibas a ocupar de todo.

Había mucho en juego, no podíamos permitir que ellos sospecharan. La jugué callada, obediente a tu pedido. Pero ahora había llegado tu momento y era hora de poner las cartas sobre la mesa.

O tal vez no. Mi marido empezó a mirar a mi hermana, desesperado, demandante. Vos te diste cuenta y decidiste que no era el momento de decir nada. La dejaste pasar para que él recuperara la confianza. Ahora me mirabas incisivo, autoritario. Sin decir nada me gritabas “decilo”. Sin decir nada te rogué “ahora no, no es el momento” pero me rogaste con los ojos “sí, decilo, confiá en mí, yo sé lo que te digo”. Y lo dije. Y se fueron al mazo.

Nos quedamos con las ganas de poner el ancho de basto sobre la mesa pero alcanzó para ganar. Ahora van a tener que lavar los platos durante todas las vacaciones.

viernes, 26 de junio de 2009

Toda una vida

Manuel, 28 años, llevaba una vida normal. Estaba casado con Andrea, con quien esperaba una nueva integrante de la familia. Era gerente general en una empresa automotriz, en donde trabajaba 12 horas al día, pero que no le impedía ser feliz. Le dedicaba tiempo a mujer, su vientre, su hogar y su mayor pasión: el tenis. Sus padres aun vivían en su antigua casa, a 2 barrios de la actual.
Una tarde, su mujer, ya de 8 meses, le confiesa haber tenido una relación con su mejor amigo, quien, además, era el padre de la beba que estaba esperando. Esa tarde Andrea se fue y nunca más regreso. Manuel, entre llanto y rencor, creyó que nada podía ser peor.
Dos días después, su padre lo llamó para informarle la peor noticia. Manuel sintió una racha negativa de la cual no se iba a poder recuperar al perder a todas las mujeres de su vida. Con la muerte de su madre, la hipoteca de la casa se hizo imposible pagar, y el banco se la remató. Sin embargo, a diferencia de Manuel, su padre se mostraba optimista.
Triste, pensante y radiando ira contra el cielo, una mañana Manuel fue alcanzado por un vehiculo el cual lo arrojo 60 metros por el aire.
La gravedad del accidente fue tal que lo iba a tener los próximos 2 meses internado en rehabilitación, dejando por sentado que nunca más iba a poder jugar al tenis.
Los días se hacían eternos y su padre, única figura cercana, no se movía de su lado más que para ir hasta su casa a cambiarse cada 2 o 3 días.
Después de 5 semanas de internación, apareció en su habitación un directivo de la empresa, lamentando lo ocurrido pero también informando acerca de la crisis y del tiempo que estaba pasando. Manuel había sido despedido, en frente de los ojos de su padre. El dolor fue inmenso, sus ganas de vivir se estaban esfumando. La derrota y el fracaso se habían hecho piel en él.
Una mañana, luego de 7 semanas y media, por fin le dieron el alta. Cuando Manuel salió del hospital, caminando, se dio media vuelta, lo miró, sonrió y dijo: “Siempre que hay un final, algo nuevo va a comenzar”, volvió a sonreír, y se fue con su padre.
¿Ustedes se estarán preguntando que lo impulso a Manuel a seguir?
Su padre, pocos días antes que le hayan dado el alta, le dijo: “Cuando uno se encuentra en el fondo, bien abajo, la única salida que queda es levantarse, porque mas no se puede caer”.

martes, 23 de junio de 2009

EL ÚLTIMO TREN


Ahora que veo todo desde afuera nada parece tan importante.
Es difícil desvincularse de las cosas o las situaciones cuando uno està involucrado, lo escuché muchas veces, recién hoy lo comprendo realmente.
Es un día precioso, el sol brilla e ilumina la ciudad, también ilumina las vías del tren, que estoy observando en este momento, y reflejan la luz del metal en la estación.

Siempre me fascinaron los trenes, desde chico, mi abuela me llevaba a pasear en tranvía primero y de mas grandecito en tren.
Me asombraba la vida interior de los trenes, el mundo que se genera dentro de ellos, la unión de gente tan diferente con el único objetivo en común de llegar a un mismo lugar.

En los trenes escuchaba conversaciones ajenas y generalmente inventaba los finales, porque nunca llegaba a oírlos, tal vez ahí empezó a nacer en mí el escritor frustrado que siempre fui.

Estoy viendo que llega la policía, una ambulancia, inútil en esta instancia, ya estaba estacionada cerca del tren detenido.
Y ustedes se preguntaran ¿Qué hace este hombre sentado frente a la estación mirando esta escena con tanta tranquilidad? Mientras la gente grita, se horroriza y pone cara de espanto.

Simplemente estoy despidiéndome de mi cuerpo sin vida, destrozado e irreconocible, tirado en las vìas del tren.

lunes, 22 de junio de 2009

Las auténticas aventuras del reloj jack

Él era inexperto. No sabía lo que era vivir. Recien fabricado, Jack, estaba en la vidriera esperando a su dueño. Solamente aquel que era lo suficientemente valiente de pagar el precio de Jack, sería digno de tnerlo como compañero. El joven reloj tenía una conversación con una lampara que se llamaba made in china sobre las diferentes formas que tenía el sol en reflejarse en el vidrio a las diferentes horas del día. En ese momento entro un hombre de unos 40 años, que optó por él. Jack comenzó su gran viaje. Su dueño, era un corredor de bolsa. Tanto corría en su vida que un día se resbaló, se le calleron las cosas y se olvido de Jack. En varias cocaciones el corredor de bolsa se sacaba el reloj, porquel e molestaba la muñeca. Una anciana, no tan joven que se dedicaba a vender café y a vivir en la calle, levanto al reloj. Después de una semana, la señora no se levantó más. Uno de los encargados de llevarla, invitó a Jack a su bolsillo. Casualmeente, había más objetos en el bolsillo que habían perdido a sus dueños. Pero todos ellos son vendidos en un barrio humilde. El dueño del negocio que no vendía sus mercaderias como segunda mano, le tenía miedo a las tasas. Una tarde, entra un joven que decide comprarlo a Jack. Ese joven le dio a Jack más de un uso, junto con jack, el joven reflejaba la luz del sol en los ojos de las personas que odiaba. Un día fue asaltaron y raptaron a Jack. Los ladrones lo vendieron a Jack en otro negocio. El dueño pensaba guardar a Jack pero visitó al baño y durante su visita, su hija le hiso una broma, escondiendo al reloj en una caja de carton. El dueño buscó al reloj y su hija no pudo devolverselo porque no estaba más la caja. La madre había tirado la caja a la basura. Se fijaron en la caja pero tampoco estaba ahí. Un gato tenía a Jack. Feliz de la vida, el gato fue a visitar al ser que más amaba. Era un cuervo femenino que hamaba las cosas que brillan. El cuervo no aceptó al gato pero si al reloj. Jack estaba orgulloso por ser preferido. 72 horas después un loco que vivía de robar los nidos de las aves, se llevó a Jack. Él estaba asombrado de que hallan animales que fuesen más rocos que él. Después de 7 meses, el loco ganó la lotería. Él decidió cruzar el desierto de sahara, estrenando a la vez sus añas postisas. En el desierto el loco estaba muriendose de sed. Se cruzó con un nomada que le ofreció un poco de agua a cambio de Jack. Jack se sintió mal por haber sido sacrificado para que pueda sobrevivir el loco. El nomada llego a un pueblo, dónde murio 67 años después. Como lo apreciaba mucho a Jack, los familiares enterraron a Jack con su dueño en el desierto. Jack ya no era inexperto, era un reloj viejo que ya estaba oxidado. Cuando Jack está abajo de la tierra, comprende que sus aventuras ya habían terminado. Su batería ya no era de duracel, era la que pudo comprar su dueño, un nomada jubilado. El ya no tenía energía y lentamente se movían sus agujas más lento. 56 años después un explorador que había encontrado ruinas egipcias por la zona, encuentra a jack. Así pasó a ser Jack conocido por sus aventuras entre todas las generaciones postriores de relojes. Seguramente se preguntan porque fueron los dueños de Jack tan raros. Eso se debía que Jack era el único ejemplar de su tipo, que tenía caracteristicas que iban más allá de la estetica, que solamente los dueños con caracteristicas especiales podían llegar a disfrutar.

sábado, 20 de junio de 2009

El fin de la pipeta corneta

Volvía una noche de un velorio de alguien lejano pero cercano a alguien cercano mío. Eran casi las dos de la mañana. Manejaba bastante dormida, tratando de que la radio se encargara de que el “bastante” no se transformara en un “completamente”. Soñaba - no literalmente, claro – con darme un baño y abrazarme a la frazada, la almohada y cualquier cosa mullida y cálida que mi cuerpo en estado de reposo pudiera disfrutar.

A tan sólo doscientos metros de hacer realidad mi sueño vi a un grupo de personas, una de las cuales empezó a encandilarme con una linterna. Sin entender demasiado qué pasaba seguí la marcha tal cual como venía pero ahora la persona estaba delante de mí y sostenía con firmeza la linterna cegadora. Por unos segundos sentí miedo, luego vi que se trataba de un policía y sentí más miedo pero parecía que no tenía muchas opciones (yo) porque sostenía estático y determinado (él) la linterna y su cuerpo delante de mi auto. Así que frené y me acerqué al cordón. Elaboré mil hipótesis en los dos segundos que me llevó bajar la ventanilla. Pero eso no importa ahora.

El señor agente me saludó tocándose la gorra y me explicó que tan sólo iban a hacerme un control de alcoholemia por lo que agradecí a un Dios en el que no creo el hecho de que en los velorios no se acostumbre beber. Así es que soplé la pipeta, corneta o como sea que se llame y una vez comunicado el resultado exitoso fui liberada amablemente y sin demoras. Así que el plan de abrazar lo mullido estaba a punto de concretarse.

Me di el baño ansiado y me metí en la cama pero el episodio, tontísimo él, había logrado desvelarme. Empecé a pensar en la forma en que se chequea el nivel de ebriedad que uno tiene y no me pareció justo. Conozco gente que se emborracha oliendo un perfume y conozco gente que se puede tomar el baúl de un Renault 9 de vino y no se le mueve un pelo. Entonces, ya muy desvelada, me puse a diseñar una propuesta acerca de cómo medir no el nivel de alcohol sino el nivel de estragos que quien ingirió el alcohol podría llegar a cometer. Sólo quien ha perdido sus reflejos, parcial o totalmente, es capaz de poner en peligro a la población con su manejo. Así es que deberíamos chequear si el examinado ha sufrido alguna merma en sus sentidos, independientemente del aliento a alcohol que excita a la pipeta corneta y la hace gritar un sí a los cuatro vientos como si de su casamiento se tratara.

Consideré justo entonces someter al sospechoso a un combo completo de proezas debiendo el mismo aprobar la totalidad de ellas. La pipeta corneta sería sólo un mal recuerdo de injusticias del pasado.

Las pruebas debían ser variadas: salir airoso de una breve guerra de canciones, repetir tres veces un trabalenguas a elección, resolver un sudoku en 5 minutos, jugar al 123 domingo, saltar en un pie con una bandeja llena de tazas, por mencionar algunas.

Dos motivos principales me llevan a no entrar en detalle. Este relato se ha hecho muy largo y tuve hoy un velorio y quiero ya darme un baño y meterme en la cama.

viernes, 19 de junio de 2009

Ambicion

Ese día no fue uno más. Luego de haber pasado las primeras 4 horas de mi jornada laboral, el director de Recursos Humanos me llama para notificarme que había sido ascendido a “jefe de sección”.
Yo siempre fui una persona que se conformó con poco y nunca quiso más. Siempre supe llegar a fin de mes sin preocupaciones, no me daba grandes gustos porque no me hacían falta, mi casa tenía solo 2 ambientes y el espacio aun sobraba, el único auto que tuve toda mi vida me llevaba y me traía, y con eso me alcanzaba. En el trabajo así como en la vida siempre fui humilde, nunca quise diferenciarme del resto, no me creí jamás superior a nadie, incluso a los que estaban en puestos más abajo, los aconsejaba y ayudaba.
Pero este ascenso reciente venía acompañado. Mi sueldo se había triplicado, mi casa tenía 2 ambientes solo en el tercer piso, los teatros, el golf y los viajes se hicieron frecuentes, a fin de mes solo me preocupaba por elegir donde iba a construir mi casa de fin de semana o conseguir mi tercer auto, y en el trabajo pude conocer el sabor de despedir a alguien y solo rodearme de colegas en mi misma posición.
Lo único que me importaba en ese momento era mi avaricia, impulsada por mi codicia.
Esto me pasó, por fortuna, solo en un sueño. Ser feliz con poco y conseguir cada día un poco mas de libertad siempre fue mi única ambición

jueves, 18 de junio de 2009

¡El Súperman de los quemados!

Ese día me tomé el San Martín hacia Capital. Por esa época yo andaba mucho por la calle, unas seis horas al día, y el roce constante con la grasa a uno lo va engrasando, y ver violencia lo va poniendo violento. No fueron pocas las veces que exploté, en general contra objetos inanimados y por cuestiones triviales. Pero ese día fue distinto, una de esas pocas veces en la vida en que uno está seguro de haber hecho eso que tenía que hacer.

En fin, que me tomé el tren en San Miguel. Era un vagón de esos nuevos, que tiene descansos con puertas, pero todo el vagón está unido, sin paredes, al estilo del Belgrano Norte. En el San Martín hubo pocos de esos. En un momento, con el tren detenido, veo que un guarda y un par de seguridad están tratando de bajar a un pibito. Por lo que entendí lo venían siguiendo desde el furgón, donde lo vieron aspirar pegamento. El nene (no tendría diez años) estaba sentado en un asiento llorando a moco tendido, mientras los grandulones alrededor lo zamarreaban y amenazaban. Me fuí hasta la triste escena y les exigí a los gritos que dejaran de torturar al pibe. Al principio ni siquiera me miraron, pero insistí hasta que terminamos discutiendo con los tipos y el pibe que nos miraba y se iba calmando. En el interín pasaron un par de cosas, había un gendarme que colaboraba, no recuerdo si llegó o estaba desde el principio. Los gendarmes no son mala gente, son muchachos del interior que no se meten con nadie pero les asignan la triste tarea de deambular con un fusil por el Conurbano a 1000 kilómetros de sus hijos. A ese lo encaré distinto y con más respeto, le dije que era una locura maltratar así a un pibe indefenso que no había hecho nada. Se puso de mi lado, o por lo menos dejó de colaborar con los otros.

Otros que, por su parte, me decían primero que no me metiera en lo que no me importa (argumento que ignoré porque tenían razón en cierta forma, en la lógica egoísta que manejamos a diario, la que manejo desde entonces, donde vale más mi comodidad que la tragedia de mi vecino), después que el pibe había sido visto jalando poxirán, les contesté que cada uno se intoxicaba con lo que quería y podía. A todo esto un pasajero se paró a unos metros y me dijo que me dejara de joder, que estaban deteniendo el tren por mi culpa. Yo que ya estaba hecho un yaguareté le dije que no sea boludo, que el tren lo paraban ellos. Se sentó.

A la larga quedó claro que no podían tratar así a la gente, menos a un niño, menos a éste en total desamparo. Le pregunté al nene adónde iba, me dijo que a Palermo. Les dije a los chanchos (no recuerdo cuánto personal había a esta altura) que el guacho estaba conmigo y que yo me hacía cargo de él hasta Palermo. Nos sentamos juntos ahí nomás, él estaba masticando bronca y puteadas, yo que a pesar de todo no quería problemas le dije que se quedara tranquilo, que ya se la habíamos hecho caber. Al rato, y al ver que no había más problemas, los de seguridad dejaron de merodear. El pibe (la verdad es que estaba dado vuelta) se tiró en el piso de un descanso, justo atras del asiento en el que estábamos, y siguió con su discurso alucinado y resentido:

- Vamos a venir con los pibes de Palermo y les vamos a dar un plomo en la pata. - les dijo a los fantasmas y a los vapores en un momento. Un guarda que justo pasaba me miró y me dijo socarrón:

- Escuchalo a tu protegido...

- ¿Y qué querés después de cómo lo trataron?

Al rato se fue pasillo atrás, y yo durante un viaje a Capital fuí el más digno de todos, aunque estaba un poco nervioso por los desastres que pudiera hacer el pibe hasta Palermo.

martes, 16 de junio de 2009

PRIMER GRAN SUSTO


Teníamos veinte años, estábamos muy enamorados, algo así como pasa solo en las películas.
Alguien nos había prestado 3 o 4 maquinitas, muy básicas para fabricar medias, muy básicas también.
Estábamos felices, a mí siempre me encantaron los retos, y sobre todo si esos retos daban posibilidad de obtener billetes que facilitaran mi independencia económica.
Ese mismo alguien nos prestó una habitación en un galpón y ahí instalamos nuestra muy mini fábrica de medias.

Teníamos solo una mesa larga para trabajar, embolsar, escribir, hacer cálculos, todo se hacía en aquella mesa, incluso sirvió para amarnos.
Una radio vieja donde sonaba la Rock and Pop que se escuchaba solo cuando las máquinas no funcionaban porque sino el ruido del motor silenciaba cualquier otro sonido.
Otro alguien un día me dijo: tenés que tener cuidado con la ropa, no uses ropa suelta porque eso que no me acuerdo como se llama que gira y es lo que hace funcionar al motor, puede agarrarte la ropa o el pelo y provocar un flor de accidente.
Obviamente nunca tome ese consejo en serio, a los veinte yo creía que nada podía pasarme, era un estilo raro de la mujer maravilla.

Un día, ya era tarde, estábamos trabajando, tenia el pelo suelto. De repente se suelta uno de los hilos de una de las máquinas, sin detener el motor me agaché a recogerlo, y tal cual me había anticipado aquél alguien mi pelo se enreda en la rueda que giraba a toda velocidad.

Por suerte Harry estaba ahí, cortó la corriente eléctrica a penas se dio cuenta de que algo raro sucedía. Se acercó me ayudó a levantarme, me tomó con las dos manos las mejillas, me miró con tanta dulzura y miedo que a pesar de mi dolor pude percibir y me dijo: sos hermosa, sos la mujer mas hermosa que jamás haya visto.

En ese mismo instante supe que algo muy feo me había pasado y que realmente tendría la apariencia de un monstruo.

Durante varias semanas me asustaba al mirarme al espejo, el pelo volvió a crecer y las heridas se curaron, creo que desde ese día empecé a escuchar más a los alguien que aparecían en mi camino dándome consejos.

lunes, 15 de junio de 2009

el partido

?Puedo jugar? Pregunté
No, porque jugas re mal, me respondió y aparentemente nadie estuvo en contra. Casualmente era un queso jugando al futbol también. Me gsutaba jugar, pero no sé si tanto como a los demás. Yo no tenía un equipo, no me interesaba tanto ver futbol. Como no jugaba bien, decidí ponerme a jugar en el equipo del colegio. No era nada especial, era como una clase de deporte pero jugando al fútbol. Habían algunos de ejercicios y al final jugabamos, pero a mí no me la pasaban y me colgaba porque me aburría. Una vez jugamos un partido que estuvó bastante peleado. Yo traté de hacer más de lo general, pero sin llegar a hacer algo importante. Al final, tenemos que decidir por penales quién gana. Sinceramente no recuerdo si el pibe que no me dejaba jugar estaba en mi equipo, o en el otro. Pero queda mejor si está en el otro equipo ?No les parece? Hacemos los penales y a mí por su puesto me dejan hasta el final. Pero los penales empatan igual y solamente quedo yo. El otro lo había errado. Para la desgracia de mi equipo, yo era la última esperanza. El arquero del otro equipo era grandote, con razón atajaba tan bién, era casi más grande que el arco. YO sin pensar pateo la pelota. La pelota pega contra el travesaño, no sé como rebotó contra el piso y entró al arco y no lo soñé. El grandote se va llorando y corriendo simultaneamente de la cancha. Los de mi equipo saltan contentos y el único que me felicitó. Fue uno de los pocos goles que hice y ese fue el primero. Durante los próxmos años, defendí mi puesto de ser un queso en el fútbol.

sábado, 13 de junio de 2009

Fuiste vos

La encontraron en el piso, igual que la última vez. Más preocupados por hallar un culpable que por levantarla, empezaron a acusarse mutuamente. Inés a Marco, Marco a Inés. Las acusaciones iban y venía como en un ping pong siniestro y sin sentido. El gritó y puteó y volvió a gritar que era injusto que Inés lo culpara como siempre de todo. Ella lloró, se tapó la cara, tosió y finalmente gritó también que tenía motivos para saber a ciencia cierta que todo había sido obra de él. Él la agarró de los hombros, la insultó y le juró que él no había sido, no esta vez, esta vez no. “Esta vez fuiste vos, estoy seguro” le dijo él, ahora sí llorando pero de la bronca. Porque los hombres lloran sólo de bronca. La toalla seguía en el piso.

viernes, 12 de junio de 2009

Causalidad

Se acercó lentamente, haciendo silenciosa su presencia. Cuando me di cuenta, ya estaba conmigo y nada pude hacer. Llegó por la mañana pero dicen es más fuerte por la noche. Suplicando escapar, solo conseguís ganar (o perder) tiempo. La urgencia no hace más que hacernos equivocar, darnos cuenta de que lo inevitable no se puede evitar. Por más formas que inventemos para no ser capturados, una vez que llega nos invita a un sitio sin opciones. Intentando esquivar, no hay lugar a donde huir, a cada paso nos consigue alcanzar. Su llegada, única e irrepetible, provoca incertidumbre, mezcla de miedo e intensidad. No hay mirada que te pueda ver, sos recóndito a los ojos, solo se puede sentir. No se puede evitar, es como el amor.

jueves, 11 de junio de 2009

Historia universal, resumen para estudiar.

Bajo la superficie acuática, un movimiento distinto de los demás. Pequeñas, imperceptibles, unas moléculas que se unen y forman algo nuevo, nunca visto.Y ese algo que se reproduce y emerge y se adapta y crece y se propone gobernar el mundo. Y multitudes que luchan y sufren y vencen, éxodos y revoluciones y estragos y guerras. Máquinas y caminos, y un sentido que ya no tiene sentido, y uno nuevo que lo viene a reemplazar, y volver a empezar. Y más guerras, y más multitudes con sus cuitas, menos sentidos y más preguntas. Y una gran pregunta.

Y el día de mañana.

martes, 9 de junio de 2009

Locura

Víctor trabajaba en una funeraria, no era un hombre alegre, no era apuesto ni alto, era patéticamente obsesivo.
Esa tarde, paradójicamente, había fallecido el padre del dueño de la funeraria, de modo que se fue temprano a casa.

Con una pizca de alegría inusual bajo del ascensor y cuando estaba a punto de poner la llave en la cerradura, escuchó y reconoció los gemidos de su mujer y la voz excitada de otro hombre.
Su cara se transformo, se quedó parado detrás de la puerta durante quince minutos sufriendo aquellos gritos de placer tan parecidos a los de la agonía.

Su mirada se transformó, se fue.
Volvió a la hora de la cena con una botella del vino preferido de su mujer y varias cajas de pastillas en su bolsillo ya trituradas.
Cuidadosamente las disolvió en la copa destinada a ella, la desnudó y la besó como nunca había hecho, al rato se levantó y se fue al velatorio del padre del dueño de la funeraria.

lunes, 8 de junio de 2009

Las anecdotas de Agustín

Tomi aprendió varias cosas pero nunca aprendió a pasear sin correa. Un día, Agustín decidió enseñarselo. Cada vez que lo llamaba volvían a su casa, Tomi se dió cuenta de eso y no volvio más. A partir de ese día, cada vez que en las clases de deporte se rendía resistencia, a Agustín le iba bien, porque corría atras de Tomi cada vez que se escapaba. Pero un día, Agustín perdió al perro de su vista. lo buscó, corrió un maraton, pero nada. No llamó a sus padres, él perdió una goma y no quería ver la reacción de ellos al escuchar que perdió a Tomi. Agustín decide irse a casa. Cuando llegá, lo vé a Tomi y a sus padres preocupados. Un mozo de un restaurante lo había encontrado. Si Agustín hubiese llamado a sus padres, todo hubiese sido distinto, pero no hubiese llegado nunca a las 150 palabras.

viernes, 5 de junio de 2009

¿Para qué sirven las uñas?

Supongo que habrá una explicación técnica acerca de la verdadera utilidad de las uñas. Sin recurrir a una enciclopedia, al google o al manual Kapelusz de 3° grado, a priori puedo decir que cualquier todólogo declararía que sirven para proteger los dedos. Pero ¿para protegerlos de qué? ¿Quién podría querer hacerle daño a un indefenso dedo? Más aún, en caso de recibir el dedo un golpe importante y certero, la uña no suele jugar un papel de escudo protector. Muy por el contrario tiende a autoprotegerse para no arriesgarse a quedar ella con un feo color negro.

Obviamente el ser humano se ha visto obligado a encontrarle utilidad a una cosa que no la tiene y que, además de carecer de beneficios funcionales claros, está ahí para ser cuidada, emprolijada, embellecida. Y esto de “embellecida” ya no es patrimonio exclusivo de las mujeres sino que también los señores se han sumado a las filas de quienes necesitan o quieren ver algo bonita esa última parte de sus extremidades. Claro está que aún persisten y hasta son mayoría aquellos que consideran que cortarlas al ras con un cuchillo tramontina los convierte o enfatiza como machos en la vida. En los casos extremos encontramos incluso a quienes odian a sus uñas por no comprender su verdadera razón de ser y consideran por eso tiempo perdido dedicarles un espacio en sus agendas. Podemos detectarlos fácilmente en los semáforos rasqueteando con sus dientes a la malograda enemiga.

Las mujeres en cambio parecemos tenerles más aprecio o al menos comprendemos que una vez puestas ahí tenemos que tratarlas con la misma devoción con la que tratamos – no todas, claro está – al resto de nuestra parte externa de nuestra femenina humanidad. Les dedicamos precioso tiempo, las pintamos y decoramos y nos ponemos extremadamente tristes cuando una de ellas nos abandona parcialmente dejándonos, adherida al dedo, una porción importante de ella pero feamente terminada. Cabe agregar que en estos casos se para el mundo hasta que encontramos una lima salvadora, no obstante sólo retornamos a la completa calma cuando podemos hacernos tiempo para emparejar a las 9 compañeras (los roedores de uñas de los semáforos suelen no comprender la magnitud de estos conflictos).

Pero bellas o feas, no podemos comprender su verdadera utilidad por lo que les hemos ido inventando algunas utilidades compensatorias que claro está cobran valor dependiendo de su longitud. Rascarse, en el sentido literal de la palabra, parece llevarse todos los premios. Socialmente menos aceptada pero en segundo lugar destacamos su inmensa capacidad para destrabar algún alimento de pequeña magnitud de algún espacio interdental. Menos frecuente que la primera pero más aceptada que la segunda es imposible negar la participación estelar de la uña en la dura contienda de intentar despegar una cinta scotch. De todas formas no parecen ser éstas grandes ventajas, entonces ¿para qué sirven las uñas?

Para ser autenticos

¿Para que sirve tener opciones, si siempre vamos a querer más?
El tener opciones es tener dudas y contradicciones: de elegir lo correcto, de qué hubiera pasado al elegir lo otro, de haber elegido bien o mal.
Y surgen nuevos interrogantes y las contradicciones siguen instauradas: es mejor no tener opciones para así no tener que decidir o es preferible barajar distintas alternativas de decisión.
El dilema, aun cuando paradójico, es la decisión. ¿Elegimos lo correcto o lo conveniente?, ¿Somos capaces de elegir algo difícil o buscamos salidas rápidas?
Entonces la duda, que nos revoluciona las ideas, vuelve, o peor, tal vez nunca se fue.
Y nos preguntamos ¿para que sirve la duda?, si oscilar ante varias posibilidades constantemente nos aleja mas de nuestros deseos. Aunque, por otro lado, dudar de cada paso que damos nos acerca más a lo que buscamos: Descubrirnos.
Elegir lo adecuado es conocernos, más no significa que esa elección sea la que nos hace bien. Siempre está latente la idea de resignar ciertas cosas que, por mas aferrados que estemos a ellas, no nos hacen bien, y saber dejarlas nos convierte en vencedores, siendo fieles a nuestra convicciones.
¿Para que sirven las opciones y la duda? Para poder vacilar y elegir entre varias cosas lo indicado, haciendo de nosotros mismos personas autenticas en un camino tan difícil como es vivir.

jueves, 4 de junio de 2009

?

¿Para qué sirve un teclado Microsoft noseque 3000 USB nuevísimo con más botones que que dos pianos, si no se me ocurre nada para escribir? Qué suerte que vino de arriba, que si no...

¿Y para qué sirve dejar para hoy lo que podía hacer ayer si hoy tampoco se me ocurre nada? ¿Para qué sirve el tiempo? ¿Por qué si tengo tanto nunca me alcanza? A mí me sirve para poco, la verdad.

¿Para qué sirve lo que estoy escribiendo ahora? Si nada de lo que escribí, de lo que se escribió, sirve para mucho, ¿está bien esto que estoy haciendo?¿Traer al mundo un texto que no me convence ni a mí?¿Para qué sirve seguir escribiendo, si se que en 4 minutos tengo que salir y aún si encontrara un camino que valiera la pena, no lo pofría seguir?

Yo quería decir para qué sirve, y no encuentro nada que sirva para casi nada. Antes de ayer pensé en escribir una (otra) declaración de principios, pero, ¿de qué sirvió si ayer me quedé sin principios, ni finales, y desarrollos nunca tuve?

miércoles, 3 de junio de 2009

¿Y esto sirve para….?

- Buenas…que tal amor, ¿Cómo estas?
- Y, acá, no me ves?, acomodando un poco las cosas….
Mientras, él va apoyando el abrigo y el maletín en el sillón, y las llaves junto con otras cosas sobre la pequeña mesita ratona. Hace un pequeño bufido, cerrando los ojos enarcando las cejas. Al rato pregunta:
- ¿Hay algo para comer?
- ¿Recién llegas y lo único que te interesa es saber si hay algo para comer?
- Bueno, te pregunto a vos porque sos la única persona que encuentro acá.
- Pero no soy la única que vive acá, así que podrías fijarte vos ya que estas sin hacer nada.
Ella permanecía en la pieza, solo se oía su voz algo tensa y nerviosa.
- Bueno, me parece que alguien tuvo un mal día ¿Queres que vuelva dentro de unos minutos? Me parece que va a ser mejor.
Los pasos descalzos sobre el parque se escuchan apurados.
- No, para para. Disculpame. Si, tuve un día horrible en la oficina, no lo banque mas y me vine para acá. Lo único que quería era verte, y me enoje con vos porque no estabas. No tenés la culpa de nada, perdoname.
- Pero si tontita, vení para acá-
La abraza, apenas unos segundos, luego toma su cara con las dos manos y le da un beso.
- Disculpame vos a mi, ni te pregunte como estabas, la culpa es mia. Hace falta ir a comprar algo para comer?, bajo al super de la esquina…..
- No, deja, seguro en el frezzer quedan medallones de pescado. Hago una ensalada y listo.
- Mmmm, dale, me pego un baño rápido, así me saco el frío.
Le da otro beso corto, la deja y acercándose a la puerta revolea los dos zapatos hacia dentro de la pieza. Luego entra al baño. Ella toma un teléfono celular de la mesita, lo usa unos segundos y lo vuelve a dejar en el mismo lugar.
A los minutos sale con un toallón en la cintura, secándose el pelo con una tolla del mismo juego, mientras camina hacia la cocina. Desde ahí se oye el ruido de un cuchillo chocar contra una tabla de madera.
- Ahora es otra cosa. Parece que arreglaron la caldera, el agua esta más caliente que ayer. Ahh, cambiando de tema, seguramente en dos semanas tenga otro congreso, creo que en Fortaleza, unos 4 dias, mas o menos.
Ella no responde. Parece algo tensa al cortar la lechuga en juliana.
- ¿En cuanto comemos?
- ¿Por qué no te pones hacer algo en vez de hablar y hablar como una cotorra?
- Bueno, hace falta que me contestes así nena, que te pasa, eh?. Si tuviste un mal día arreglatelas en el laburo, dale. Que mina histérica….- Dice, mientras sale
hacia el living.
- Claro, histérica, pero estaría bueno que te pongas hacer algo, no? ¿Que decís?
- Bueno, para, mártir, ahora resulta que sos vos la que hace todo. Además fuiste vos la que puso las reglas, el primero que llega hace de comer…
- Y parece ser que siempre sos vos el que llega después, que coincidencia….
- Uhhh flaca siempre lo mismo. Toda esa vuelta tenias que pegar para reprocharme lo de llegar tarde. A veces tengo mas laburo que otros días, es lo que suele suceder cuando una persona trabaja por su cuenta.
- Es que tus “a veces” son muy “a menudos”, mas en los últimos meses.
- Bueno, cuando comienzan las clases suele subir un poco el trabajo. Me avisas cuando este lista la comida, me voy a preparar para mañana.
Entra a la habitación. Sale con un portafolio grande, lo deja sobre el sillón, toma el bolso de trabajo de todos los días, lo abre y comienza a revisar los elementos.
- En diez minutos esta. Así que otro congreso, y en las mejores playas de Brasil. Nunca un Lugano ustedes, eh?, que mal que la pasan.
- Avisame cuando me tenga que reír.
- Bueno, no te enojes. ¿Que tal el día de hoy?
- Igual, mucho torno, muchas caries, muchos chicos llorando, lo de siempre.
Ella se sienta en un puf, justo al lado del equipo de música. Lo mira mientras él limpia algunos elementos y cambia algunas piezas.
- ¿Hiciste llorar a muchos chicos hoy?
- Los suficientes como para poder seguir viviendo.
- ¿Y pagarte esos congresos?
- Ya te explique el otro día que los congresos me los paga un laboratorio. Si vas a seguir con el cuestionario, prefiero que lo hagas por escrito.
- Bueno che, que carácter!
- Es que vos, gorda, venís cruzada del laburo y yo después te tengo que bancar, y me terminas pasando tu mal humor.
- Bueno, disculpame, tenés razón.
Se quedan callados. El sigue con sus cosas, mientras ella continua observándolo.
- Y ese aparatito, es nuevo, no?
- Me lo entrego el laboratorio para probarlo, es una cosa que quieren lanzar.
- ¿El mismo laboratorio que te banca el viaje?
- Uhh, si el mismo.
- ¿Y para que sirve el aparatito?
- Para que vos preguntes, para eso sirve.
- Mira vos, anda bárbaro entonces.
Ella se toma una pausa. Luego pregunta:
- ¿Y esto sirve para responderme?
Saca un pequeño papel mal doblado de uno de los bolsillos del pantalón. Él lo mira, detiene lo que estaba haciendo.
- ¿Y eso que es?, - pregunta él con un aire superador, pero con la cara algo
preocupada.
- No se, estaba esperando que me digieras algo….Acá dice “Corazón, espero verte pronto otra vez”….no se, vos dirás…
- Eso es de hace mucho tiempo, antes de que nos viniéramos a vivir acá. Que se yo, un año atrás por lo menos.
- Ahhh, mira. Lo guardas con mucho cariño.
- Uhhh, es algo viejo. ¿Vos no tenés cartas de tus noviecitos?.
- No, pero no me parece mal que lo guardes. Lo que me parece raro es que lo encuentro recién ahora, cuando no es la primera vez que acomodo tus cosas…eso, nada más….ahh, y este folletín con viajes, justamente para Brasil y el Caribe. ¿Esto sirve para que entienda algo?
- Me lo dieron en la calle, es una propaganda de una agencia de viajes, ¿Que tiene de malo?
- Ahh, ¿La guardaste porque te gusto? ¿Ahora coleccionas propagandas?
- No negra, la puse junto con otros papeles, y cuando los saque seguro me quedo entre ellos, que se yo, tirala si querés.
- No, esta bien, es tuya.
- Y si es mía, para que haces tanto circo. Damelá, damelá, así la rompo.
La toma nervioso, y la rompe en varios pedazos. Los pone sobre la mesita, mientras ella vuelve a la cocina. Al rato comienza a preparar la mesa, y él mira cada movimiento de ella, como para que otro ataque no lo tome por sorpresa, sin dejar de acomodar sus cosas
- ¿Para que pones 3 platos? Pregunta sorprendido y algo contrariado. En eso suena
el timbre. Él no reacciona.
- Abrí… ¿No vas ha abrir?
Abre moviéndose de manera trabajosa, lento, con miedo. Entra una linda mujer ni bien suelta el picaporte.
- Hola amor, que lindo que me recibas así.
Él se deja abrazar pero gira su cabeza para mirarla. Ella se acerca a un pequeño mueble y abre uno de los cajones retirando algo. La recién llegada se queda inmóvil.
- Para, ¿Que vas ha hacer con eso?
- Supongo que esto sirve para solucionar las cosas.
- Para!! NO!!.

martes, 2 de junio de 2009

Pregunta sin respuesta

Dicen que cuando un chico pregunta ¿por que? Hay que contestarle para que, por ejemplo si pregunta ¿Por qué las estrellas aparecen a la noche? Yo le contestaría:
Aparecen a la noche, para alumbrarnos y porque el sol necesita descansar, entonces cambia de turno con la luna y como las estrellas son sus amigas de toda la vida la acompañan.

- Y porque la abuela de Manuel se fue al cielo?
- Porque terminó de vivir su vida acá, entonces ahora cuida a Manuel desde el cielo.

- Entonces ¿la abuela de Manuel es amiga del sol y las estrellas y la luna?

- Seguramente mi amor.


Respuestas como esta inventaba cada vez que mi hijo, entre los tres y cuatro años empezaba con la etapa de los por que.

Y por que me tengo que ir a dormir y vos te quedas jugando con papa?
Porque los grandes ya durmieron mucho, mucho en su vida y ahora necesitan dormir menos y jugar mientras los chicos duermen para que mañana, cuando te levantes tenga muchas ideas nuevas para jugar con vos.

Y porque tengo que ir al colegio
Para que aprendas muchas cosas nuevas y para que en ese tiempo mama pueda descansar de tus por que

Me miraba con ojitos de no entender mucho mis razonamientos pero al mismo tiempo confiaba ciegamente en mí. Es hermoso pero a la vez aterrador que un enano de 3 años ponga tantas expectativas en uno.

Cuando cumplió cuatro años, no me acuerdo a que familiar se le ocurrió la brillante idea de regalarle un conejo.
Ahí no pregunto ni porque ni para que estaba feliz con su conejo, lo llevaba a upa a todos lados, le hablaba como si fuera su hermano y el conejo lo seguía por toda la casa.
Nunca supe si son inteligentes o no, pero este conejo, lo era. Reconocía su voz desde lejos y sus ojitos brillaban cuando lo veía entrar.

Después de todo no fue tan mala la idea, el esta feliz, pensé.

Cuando ya habían pasado unas cuantas semanas y estábamos todos encariñados con Roger, el conejito, una tarde, mientras el jugaba en el patio con su cochecito de plástico en el que podía subirse y manejar al estilo Picapiedra, escuche un grito aterrador.
Salí corriendo para ver que pasaba y mi hijo llorando me trato de explicar que Roger no caminaba mas, estaba dormido.
Al ver la escena, Roger con un hilo de sangre que le salía por la comisura de la boca u hocico (no se como se le dice), sus ojos petrificados y abiertos con expresión de terror, no supe que hacer.
Lleve a Nico rápido a mi habitación y le di unos caramelos que siempre tengo escondidos en mi cartera para casos de emergencia.

Salí al patio y temblando y con las lagrimas a pinto de brotarme de los ojos, levante a Roger con una palita y lo puse en una bolsa, mientras lo hacia pensaba como hacer para que mi hijo no se quedara con esa culpa en su conciencia, ¿como explicarle que había sido un accidente?
Estaba tan hundida en mis pensamientos que no me di cuenta de que Nico estaba al lado mío, mirándome y me dijo mama ¿para que sirve la muerte?

Lo mire, le sonreí y le dije: no se hijo, a veces los papas y las mamas no tenemos todas las respuestas ¿sabes?

No importa mami, hoy a la noche, le voy a pedir a las estrellas que cuiden a Roger y a la luna que es mas grande y alumbra mas, también y le voy a pedir que cuando cambie con el sol le pida que también lo cuide porque seguro que se fue al cielo ¿ no?

lunes, 1 de junio de 2009

¿Para que sirve?

En una clase de psicología una profesora pregunta.

Profe: Entonces, la proxima clase hay examen. ?Preguntas?

Matias: Si profe, yo, yo, a mí, eligame a mí!

Profe: ?Alguien más tiene preguntas? Bueno, Matias.

Matias: ?Puedo hacerle dos preguntas?

Profe: sí

Matias: La primer pregunta sería si puedo hacerle más que dos preguntas y la segunda si las va a soportar o se va a ir dejando una ventana rota o algo en el estilo como generalmente.

Profe: Podes hacer todas las preguntas que queres y te voy responder.

Matias: ?Para que sirve ese grano desagradable y enorme que tenes en el cachete?

Profe: Eh, bueno, eh

Matias ?Para que sirve tener una escoba en esta sala si nadie la usa y porque solamente hay una puerta en esta sala y no tres?

Profe: No sé si esto va al tema......

Matias: Pero usted dijo que uno no se puede ir por las ramas porque todo tiene que ver con todo ?Para que sirve anunciar esa oración, que dijo el 12.04.07 a las 9 de la mañana, si usted misma no creé en eso? Para que sirve la lluvia si ya existe la ducha? ?Para que sirve la nuva naris de Michael Jakson? ?Para que sirve arreglar las calles y decorarlas si un monton de chicos se están muriendo de hambre en el mismo momento? ?Para que sirve poder expresarse políticamente y hacer demostraciones, si el estado termina haciendo lo que quiere? ?Para que sirve la democracia, si los que tienen el poder son los empresarios? ?Para que sirve tomarse una gaseosa light, si después te mandas dos hamburguesas en el burger king? ?Para que sirve que cuides tanto tu vellesa, si siempre tenes esa cara de orto? ?Para que sirve...

Profe: Momento, antes de que sigas, yo te voy a responder esta y todas las otras preguntas que puedas hacer.

La profesora hagarra la escoba y le dice "Este sos vos", después la parte en dos con la facilidad que uno puede romper una tableta de chocolate catburry, que ahora se puede encontrar en todos los kioscos para 3 pesos con 50 centabos********.

Profe: ?Entendiste?

Matias: ahora lo entiendo todo.

Después de eso, la profesora se fue al Burgerking y se comio 2 hamburgesas. 50 años más tarde se murio por haberse tropesado mientras trotaba. Matias no hiso ninguna pregunta más hasta el día de hoy y se obsecionó por coleccionar gomas.
80 años más tarde de este episodio se construyeron 2 puertas más, porque un físico descubrio que si no había 3 puertas en cada salón, había un efecto de presión que dañaba la salud.