lunes, 27 de julio de 2009

La serpiente Bora

Un hombre perdido en las nieblas, encuentra un templo que dice „el más ignorante es el que cree saberlo todo“. El hombre decide entrar, es un lugar oscuro hasta que llega a un lugar que está iluminado por una luz que viene desde arriba. En el centro de la iluminación se encuntra una piedra blanca, brillante. El hombre, se queda mirándola, sin acercarce. Desde la sombra sale una serpiente.

Serpiente: No intentaste tocarla……….

Jesus (nombre del hombre): No creo que sea muy valiosa..

Serpiente: Te sorprendes de que una serpiente hable y sin embargo, no haces nada, ni te pones nervioso. No quieres mostrar tus miedo, creeras que con eso aparentas ser más fuerte y resistente.

Jesus: Como suppiste?

Serpiente: Yo soy aquel que lo conoce todo y sin embargo solo un grano de arena en este inemnso desierto….

Jesus: Por que estoy aquí?

Serpiente: Estas entre la muerte y la vida. Si encontraste el camino hasta este templo, entonces es porque tinenes algo pendiente. Tu nombre es…..ehm….Jesus. Interesante, tus padres te llamarón así porque tenían la esperanza de que seas un santo. Supongo que todos en tu mundo tienen un muerto en el armario, porque tu sí, hay matado a tu jefe, pero eso fue hace años.

Jesus: Era un hijo de puta, se aprovechaba de la situación y me explotaba. Se lo mereció.

Serpiente: Nadie merece morir antes de tiempo.

Jesus: Lo conoces todo, verdad? Decime, que viene después de la muerte? El cielo y el infierno? O nada?

Serpiente: Supongo que estas procupado por tu pequeño crimen.

Jesus: Pequeño?

Serpiente: O sí, hay crimenes peores. Yo soy un criminal, pero dios me deja en paz, soy un criminal justo. Soy criminal porque le doy a los humanos lo que les proibido, pero finalmente, yo solo actuo si mi victima está de acuerdo. El infierno no existe, como pudiera un dios castigar eternamente a un individuo, si el mismo le dio todas las caracteristicas para cometer errores?

Jesus: Que suerte.

Serrpiente: Pero tampoco existe el cielo. Dios existe, pero no tiene naa que ver con lo que ustedes creen. Sin embargo, las religiones, enseñan siertas cosas valiosas. Sabias que la ciencia se convirtió en una religión? La gente creé en ella, a pesar de que no pueden explicar y comprovar todo lo que dice. La teoría del big bang es muy vella, pero como la comprobas? No existe el espíritu según la ciencia, pero como lo comprueban? La ciencia, puede solamente entender lo que se puede comprobar tocandolo y viendolo. Pero hay más cosas que esas. Además, no todos, muchos no, pero muchos otros científicos son muy arrogantes. Niegan lo que no forma parte de la ciencia. La ciencia solo es una manera de conseguir una porción del conocimiento.

Jesus: No me interesa.

Serpiente: Lo sé.

Jesus: Y entonces porque me lo contas?

Serpiente: Porque me siento mejor al hacerlo, me siento, productivo, sabio, potente.

Jesus: Tendrias que cambiarlo.

Serpiente: Sería conveniente desde un punto de vista social, pero no es conveniente en otro sentido. Sin embargo, el conocimiento no lo es todo, hay cosas que son fáciles de saber, pero difíciles de aplicar.

Jesus: Quiero saber lo que viene después de la muerte.

Serpiente: Después viene la vida y después la muerte y después la vida otra vez.

Jesus: reencarnación.

Serpiente: En el mundo hay muchas cosas muchas veces, aparenta de que siempre va a haber manzanas. Su cantidad parece ser infinita, pero no lo es. El infinito no es más que una fantasía del hombre. No existe. Nada es infinito. Tampoco estar muerto. Es un tiempo largo y después uno reencarna.

Jesus: Quiero conocer mis vidas pasadas. Tendría el conocimiento de mis otras visas es como hubiese vivido un montón de años más. Tuviera una experiencia enorema, pudiera ser el hombre má poderoso del mundo. Un excelente historiador, porque supiera como fue la vida en el pasado. Dame, dame el recuerdo de mis vidas pasadas.. Hago lo que digas.

Serpiente: Te lo doy, pero a cambio, si deseas morir después de saberlo, me tendras que dar tu alma.

Jesus: Y eso que implica?

Serpiente: Rencarnaras inmediatamente después de tu muerte.

Jesus: Bueno, está bién, no me molesta, dame el conocimiento, damelo.

Serpiente: Todos los que lo pidieron, se arrepintieron, por alugna razón el orden de la naturaleza......., seguro que quieres hacerlo?

Jesus: Sí, sí, damelo de una vez.

Serpiente: toma este chicle con sabor de manzana. Después de hacer un globo con él, volveras a la vida, conocientdo tu pasado.

Jesus: Por qué chicle?
Serpiente: Yo sé que no te gustan las frutas.

Jesus mete el chicle en la boca. Hace el primer globo. Todo se vuelve oscuro. Se levanta, estaba durmiendo. Va al baño. Mea y después se vé en el espejo. Vuelve a su cama, pero se siente en vez de acostarse. Él no sabe si fue un sueño.

Mente de Jesus: Pasó o no? Que es eso? Recuerdo una espada, un castiullo, fuí un rey! Uy Pero esto, es otra epoca, uy que suerte que tuve, pero en esta, no,………, aca me mande una macana. Fui sacerdote en egipto, un wikingo. Un carpintero. Mira vos, yo pense que la edad media era distinta, ……Y esto? Que interesante.

El conocimiento va surgiendo en la mente de Jesus, pero cada vez surgen más recuerdos y cada vez más rapido. De una sonrisa, Jesus empieza a preocuparse, es demasiado para él. La serpiente aparece.

Jesus: Pero que haces acá?!!!!! Esta es mi casa!!! Me volví loco?!!!

Serpiente: La locura es tan solo una manera distinta de percibir el mundo, por lo tanto todos están locos, porque todos son subjetivos y perciben distinto. Fuiste un rey fuiste un cientifico. Te vas acordando en todas las experiencias que tuviste y casa vez aprender más. Los buenos y los malos momentos. Verdaderamente llegaras a ser el hombre más sabio del mundo. Pero además de la experiencia y el conocimiento, recordas todos los crimenes y errores que has cometido. Fuiste un gran rey y un gran sacerdote. Pero también fuiste un mendigo, un criminal, un ser miserable. Fuiste cientifico y encontraste teorias para la humanidad. Pero a su vez violaste a chicos, mataste a tu familia. No solo recordas lo que viviste, sino lo que reprimiste en esta y otras vidas. Recuerdos desagradables, que quiciste olvidar. Estos provocan garaves sintomas. Vas a tener que ir al psiquiatrico. Tu vida va a ser una pesadilla.

Jesus: No!!! No!!! Hijo de puta me engañaste!!!

Serpiente: Como dije al principio. Yo solamente hago lo que hago, si el otro está de acuerdo. El jefe que mataste en esta vida, fue tu madre en la anterior. Lo ves?

Jesus comienza a llorar.

Serpiente: Si un hombre tiene muchos accidentes en aviones y los recuerda antes de subir al avión, el hombre no subirá al avion y por lo tanto no llegara a su destino.

Jesus: Y eso que tiene que ver?!!

Serpiente: La vida es así también. Si no te olvidas de todos los sufrimientos anteriores, que voluntad de vida tuvieras. Los humanos creén que solo por no recordar el pasado, no pueden haber rencarnado. Ellos subestiman mucho a la vida. Te puedo librar de ese dolor pero a cambió me tendras que dar tu alma y reencarnar enseguida.

Jesus: Y eso en que influya?

Serpiente: Empezaras de cero de nuevo, lo que hiciste previamente en tus otras vidas.

Jesus: NO!!!!!!!!!!!!

jueves, 23 de julio de 2009

Ventana Por Si

Se generó expectativa, modificando el modo de vida, creando paranoia durante todo el día.
La revolución propone dejar de sentir con la garantía de no sufrir, se está perdiendo el valor y la esencia de compartir, a costas de algo que no para de fingir.
La respiración para algunos llega entrecortada, y las voces de arriba dicen todo pero no dicen nada.
No hay una salida clara pero existe provisoria, cómo seguirla si de condiciones es una sumatoria.
Los consejos y las verdades parecen ser parte de una encrucijada, mientras se encubre más la realidad, las personas están más separadas.
El de alas desapareció, parece que ya no es más mortal, y el eterno escucha pero nunca manda un castigo letal. Así seguimos sumergidos en un vaso de lágrimas que no para de rebalsar.
Y quien nos dice la verdad y afirma la existencia, es un miedo más que se suma a una lista de urgencias, para salir a la vida hay que tener 100 años de experiencia.
La careta habló una vez más y fue un discurso disfrazado, no hay nuevas ideas, solo mas engaños, se implora un sueño que proponga un cambio.
Empezó a surgir la moda de la antipatía, haciendo la censura de la compañía.
Hoy no hay entorno para el que padece aislamiento, quien no por decisión propia decide pasar así el momento, creyendo encontrar una respuesta en el viento.
Es en el otro en quien se debe buscar la salida para hallar la verdad, el aire es impuro pero no es parte de este malestar.
Un espacio cerrado compartido puede originar contradicción a debatir, por lo generado o instaurado se puede pensar en ir o no salir, expuesto el iluso a consecuencias que sin medidas decide concurrir.
El contacto está dejando de ser algo natural, para convertirse en algo que la memoria debe olvidar, y a quien se atreve a ir en contra son capaces de culpar.
El monstruo es cada vez mas grande, y como tal no es real pero su mito se expande.
La real verdad existe pero a un precio que no podemos pagar, y por eso pagamos el precio de ya no vivir en libertad.

Músicos

Luis llegó a mi casa veinte minutos después de llamarme. Traía un paquete desproporcionadamente grande pero que parecía liviano. Lo dejó en un rincón, se dejó caer en la cama con un suspiro y sonriendo me dijo:

- ¡Bueno! ¿Ya pensaste en la que te tiré?

Yo no había tenido mucho tiempo de pensarlo. Cuando colgamos me puse a ordenar un poco el monoambiente, después prendí un pucho y todavía lo estaba fumando mientras le confesaba a Luis que en realidad no salía de la sorpresa.

- ¿Cuándo sería? Porque el mes que viene llega mi suegra de Mendoza y la tengo que...

Largó una risa burlona. - Mirá, esto es para ya, la hacemos esta semana y si sale bien para el mes que viene capaz que ni tenés suegra. Si sale mal, para el mes que viene.. - Se ensombreció, pero enseguida retomó el entusiasmo. - La historia es así, el tipo que nos vió en el bar dijo que ya habló con el jefe, un millonario excéntrico, entendés, el tipo la lima con el jazz y como la tiene toda no le importa poner lo que sea, y el pinche este está acá por negocios del otro, pero además recorre lugares y le manda data, cuestión que el ricachón tiene una fiesta el lunes...

-¡¿El lunes?! -, lo interrumpí.

- Sí, loco, el lunes, es gente que no labura. Además callate que vos más de un lunes...

- ¡Chabón, el lunes es mañana!

- Ah, sí. Bueno, ahí en la caja tenemos la ropa. Probátela. mañana al mediodía tomamos un avión privado, en Escobar.

Por un momento se me amontonaron las preguntas en la cabeza. Lo del avión privado me hizo pensar automáticamente en que nos pagarían mucha plata. Pero había algo en lo último que había dicho Luis que me hacía ruido. Lo de la ropa en la caja me sorprendió pero me gustó, pero lo pensé un poco más. No era eso, igual. Escobar. Lo miré a Luis que me miraba como quien tiene cola de paja por estar ocultado algo.

- ¿En qué país es esto?

- En Colombia. Pero no te asustes. Nos van a vendar los ojos antes de aterrizar. Después son tres horas. Me dijeron que si queremos nos dan una pastilla.

- ¿Vos estás loco?

- No, chabón, escuchame... - Extendió la mano con los dedos bien abiertos, como señalando una obviedad, mientras se congelaba en una mueca con la boca entreabierta. La verdad es que no tenía argumentos. Pero yo tampoco. Las cosas estaban planteadas. Después era cuestión de la temeridad o los pruritos de cada uno.

En silencio abrimos la caja y examinamos los smokings impecables que había adentro. Estaban hechos a medida, no sé cómo se enteraron de mi talle. Luis no hubiera podido informarlos sobre eso. Recordé que no tenía el pasaporte al día, y casi me reí en voz alta un segundo después.

- ¿Cuánto nos van a pagar?

Recién ahí volvió a sonreir. Una hora después Luis se había ido y yo estaba haciendo el bolso. Me esperaba el viaje más increible que me toco hacer.

lunes, 20 de julio de 2009

Atrapados

ATRAPADOS 1

Era una noche de verano en Bs As, pareciera que el verano incentiva a los enamorados, a la gente en general, aunque no este enamorada, hasta pareciera que los ladrones salen a robar con otra predisposición…..
Ella ya estaba lista para salir a estrenar el Fiat 128 tuneado que él se había comprado con el dinero que había juntado trabajando cada domingo durante los últimos dos años en la heladería de su tío.

Pasó por su ventana y golpeó tres veces, como solía hacer, a los dos minutos ella estaba besándolo en la puerta de la casa. Con apuro de adolescentes se subieron entre empujones y sonrisas en el Fiat.

Decidieron ir a tomar un helado a la heladería que estaba en una de las esquinas de la plaza, sin que se dieran cuenta el tiempo voló, estaban tan entretenidos besándose y descubriéndose más y más dentro del Fiat que no notaron que ya eran las cinco de la madrugada. La heladería ya estaba cerrada y no quedaba un alma en la plaza y sus alrededores. No lo hubieran notado de no haber sido por el golpe que sintieron en el vidrio del auto, alguien forcejeaba la puerta con mucha violencia y en cuestión de segundos la abrió. Fue todo tan rápido que ninguno alcanzó a reaccionar.

Era un pibe de unos 18 años, le dijo
:
- vamos rápido dame la plata, rápido, vos nena sacate esa cadenita, los anillos y vacia tu carterita, dale rápido.

Tenía una navaja en la mano. Le dieron los pocos billetes que tenían y con los ojos llenos de lagrimas ella le dió su bien mas preciado, una cadenita que la acompañaba desde los 6 años, era un regalo de su bisabuela a su madre.

El pibe agarró todo, la miró detenidamente y le ordenó a él que pasara al asiento de atrás.
- si llegas a moverte o a intentar detenerme la mato ¿entendiste?

Se desabrochó el pantalón, le subió la pollera a ella y la violó delante de él.
Al terminar le devolvió la cadenita y le dijo:

- No lo tomes como algo personal muñeca, sos demasiado linda, no pude contenerme, perdoname y se fue.

El estaba temblando, ella estaba petrificada, el no pudo superar nunca haber visto a su mujer sido violada delante de sus ojos y no haber hecho nada. Ella nunca pudo perdonarle que no lo hiciera, que no la defendiera. Los tres quedaron atrapados en aquél Fiat 128 muchos años.




ATRAPADOS 2



Ella no quiso hacer la denuncia de su violación, era raro porque su madre la había mandado a un grupo de autoayuda para que pudiera sacar afuera la bronca y encontrarse con otras chicas que hubieran pasado por la misma situación, sin embargo ella no sentía bronca hacia el pibe que la había violado.
Sentía bronca hacia su novio, porque estaba presente y no la había defendido, lo veía como a un cobarde.

Esa tarde salió de la terapia, caminó dos cuadras hasta la parada de colectivo, llegó a la parada y se paró detrás de un pibe que estaba esperándolo también.
El pibe se dió vuelta y le sonrió, pero esa sonrisa se transformó en cara de horror cuando la vió .Ella no pudo mirarlo con desprecio, solo recordó que el le había devuelto su cadenita de oro antes de irse, después de violarla.

- perdoname, por favor, desde el día que te hice eso no logro dormir, nunca en mi vida lo había hecho, solo robaba, pero no se que me pasó, me gustaste mucho y desde ese día no paro de pensar en vos, en cuanto te lastimé, en que merezco el infierno por esto.

Ella estaba inmóvil, muda, escuchándolo, tardó unos cuantos segundos en sentir que la voz le permitía hablar.

- yo te perdono
- mirá si querés vamos ya mismo a la policía y les contás que fui yo y listo.
- No, no quiero eso, ya te dije te perdono, no voy a arruinarte la vida, si es verdad lo que decís, si realmente fue la primera vez, tenés derecho a cambiar, a vivir tu vida, sos muy joven y yo no quiero cargar con la culpa de haberte truncado tus posibilidades de ser alguien mejor.
- Gracias, sos una buena persona además de ser hermosa, será por eso que me fije en vos.

De ahí se fueron a comer una hamburguesa y se quedaron charlando un largo rato.
Decidieron que ese sería su secreto.

Al mes ella cortó con su novio, al otro día estaba saliendo con el pibe que la había violado, se habían enamorado.


ATRAPADOS 3


Estaban juntos desde hacía un año, se amaban, contra todas las leyes de la lógica, ella había perdonado a su violador y se había enamorado de él, respetaba su pacto. Nunca le contó a nadie, ni siquiera a su amiga del alma, que su novio, el pibe por el cual moría de amor , la había violado una noche de verano frente a su novio de entonces.

Estaban planeando irse a vivir juntos, alquilar un departamentito lejos del barrio, para terminar de alejar a los fantasmas que aún los perseguían.
El hacía un esfuerzo sobre humano por complacerla, realmente quería cumplir con su promesa, cambiar, terminar la secundaria para poder estudiar en la universidad, no tomar mas cerveza o lo que fuera a cualquier hora, no juntarse mas con sus amigos a fumar marihuana o lo que fuera. Por un tiempo lo consiguió, aunque internamente dos fuerzas opuestas se disputaban la razón noche y día. Peleaban entre lo correcto y la perdición, entre el honor de un hombre por cumplir una promesa y su instinto totalmente opuesto.

Era verano nuevamente, ella estaba preparando un final y él decidió salir a dar una vuelta, a tomar un poco de aire, le dijo.
No tardes, le dijo ella, me siento sola cuando te demoras.
El cerró la puerta fuerte y salió, ella sintió que algo no estaba bien, los fantasmas volvían una vez más.

El caminó sin parar, rápido, como queriendo contener algo que irremediablemente saldría de su interior.
Caminó, dió varias veces vuelta a la plaza, fumó, se compró una cerveza y justo cuando estaba dispuesto a volver a su casa, vió a media cuadra de la plaza, en uno de los pasajes mas oscuros que la rodeaba, un Fiat 128 con los vidrios empañados, que se hamacaba con el sutil movimiento de dos enamorados.

Se levantó, ya su cara era otra, ya su mirada era otra. Caminó hacia el Fiat, a mitad de camino se dió vuelta y como si alguien lo empujara volvió a darse vuelta y fue directo al auto.

Sacó su navaja del bolsillo, forzó la puerta, ordenó al muchacho que pasara atrás, no hizo falta subirle la pollera, ya la tenia subida, la violó con una ira irrefrenable, una ira contenida que salió con la fuerza de un huracán.
Después salió corriendo. Le había prometido a ella no volver a hacerlo jamás, cambiar, pero ciertas cosas no se pueden prometer.

Los chistes de Francisco

francisco (pensando): Otra vez, ya no sé cuantas veces lo intentamos, otra vez nos juntamos para estudiar matemáticas, son buenos amigos pero para estudiar son un cuento de terror.

Fransisco camina por la calle. Dobla hacia la izquierda. Y toca el timbre en la primer casa que encuentra e nla vereda.

Se escuha una voz que pregutna quien es.

Fransisco: Fransisco

voz: No conosco a ningún Fransisco.

Francisco: Soy tu íntimo amigo, el mejor amigo que tenes...

voz: Posta?

Aparece desde atras otro joven. Se llama Fabían.

Fabían: Por qué no te deja entrar?

Fransisco: se olvido de mi nombre.

Fabían: Otra vez?

voz: Escucho dos voces, me confunden.

Fabían: Somos nosotros bolludo!

Se habre la puerta de la casa, sale Fabricio.

Fabricio: Son ustades, porque no lo dijeron antes.

Fabían y Fransisco: Lo dijimos.

Entran los dos. Pasan por el pasillo de la casa de Fabricio. LLegan al comedor. Se sientan ponen sus cuadernos de matemáicas en la mesa. Fabricio pone unas facturas en la mesa.

Fabricio: Para que no sea una tortura tan grande estudiar.

Fransisco: Pero si seguis comiendo tanto nunca vas a adelgazar, no vas a conseguir novia. No te acordas de lo que te propusiste.

Fabricio: Por favor, es una cuestión de medidas y no de prohibirse. Como facturas pero a cambio, tomo una gaseosa light.

Fabían: No creo que funcione. El mundo es cruel...

Fransisco: Como sea...., empecemos de una vez.

Fabían se pone a llorar.

Fabían: Lo siento, es que tenes razón. En algún momento hay que comenzar, así como yo comencce con mi novia,...

Fabían sigue llorando.

Fabricio: No te pongas mal, la vida es como una factura. Cuando la terminaste, te comes otra. Es el continuo intercambio..

Fransisco: Empiezó a leer. Ejercicio 8.

Fabricio: Pero ese ya lo hicimos.

Fransisco: Ese lo tratamos de hacer ayer, pero hubieron tantas interrupciones que ni llegue a terminar de leer el problema.
Ejercicio 8. Camila compra 10 caramelos. El costo del caramelo era el triple del peso del mismo. Cuando Camila vuleve a su casa, faltan 3 caramelos, cua...

Fabían: Perdio los caramelos como perdía a mi novia...

Fabían llora más aún.

Francisco: No pueden ni escuchar un problema, pueden concentrarse un poco. tu novía te dejó hace 2 años. Trata de vivir.

Fabían: Pero es como si me hubiese dejado ayer...

Fabricio: Che, empezamos a comer las facturas?

Francisco: Si comete la factura, podemos seguir.

Fabían: Yo también voy a comer una factura, para sentirme mejor. Que asco! Esta factura tiene pelos.

Fabricio: Esque cuando las fuí a comprar llevé a mi hamster y para volver lo metí con las facturas para llevar todo con una mano.

Francisco: Y dónde está ahora tu hambster?

Fabricio: No sé.

Fabían: Yo también tenía mascotas sabían. Tenía 30 peces.

Fabricio: Yo tenía 30 pesos.

Fransisco: Como que tenías 30 peces, nunca los ví.

sale una lagrima de un ojo de Fabían.

Fabían: esque se murieron todos.

Fabían llora.

Fabían: Me olvide durante un mes de darle de comer.

Fabricio: A mí también se me murieron mascotas. Este es mi tercer hamster.

Francisco: Que le pasó a los otros?

Fabricio: Se murio atragantado por una nuez....

Fabían: El destino es tan cruel...tan insólito...

Fabricio: No exageres, mira yo nunca tuve novia. Y? LLoro?

Fabían: Pero vos no haces nada, a mí me dejó por un grano...

Fabricio: Yo si me esfuerzo, ayer estuve entrenando todo el día.

Francisco: Eso es impósible.

Fabricio: Por qué?

Francisco: Porque ayer estuvimos los tres juntos, tratando de resolver los problemas.

Fabricio: Ehm......

Francisco empieza a leer el problema. Fabían llora, pero Fransisco no se deja detener. Mientras tnato, Fabricio sacá de su bolsillo un spray y mientras Fransisco leé, Fabrició se lo echa a él en la cara.

Francisco: Pero que me acabaste de echar! Estoy leyendo, como me vas a echar un spray! Que me echaste.

Fabían se ríe.

Fabricio: Un amigo nunca va a reconocer cuando otro amigo se sacrifica por él.

Fransisco: Como?!

Fabricio: Es un spray antigripe porcina. Costo 30 pesos, me lo vendieron en la calle.

Fransisco: Sos un pelotudo, eso no existe.

Fabricio: Sin embargo, era muy símpatico el vendedor, see reía todo el tiempo.

una mosca vuela cerca de las facturas.

Fabían: De que se murío el otro hamster?

Fabricio: Atragantado por un ñoqui.

Francisco: Ya está, no vamos a estudiar más, me doy por vencido.

Fabían: He tomado una decicón, esta mosca será mi mascota.

Fransisco: Voy a contar un chiste!

Fabían: Me tengo que ir.

Fabricio: Pero la última vez que contaste un chiste, el profesor sufrió un infarto.

Francisco: No importa.

Fabricio: Todabía no se recupero!!

Francisco: Que le dice una función a la otra?

Hay un silencio total, ni la mosca hace ruido. Tampoco está el típico grillo, este ya escucho una vez el chiste de Fransisco.

Fransisco: Soy inyectiva.

Fabían: No ibas a contar un chiste?

Francisco: Ese fue el chiste.

Fabricio se ríe.

Francisco: No lo puedo creer, alguién se ríe de un chiste mío, sabía que en algún lado habitaba en mí un gen de humor.

Fabricio: No me río por el chiste, me río de tu cara.

Francisco pone cara de desilución, la misma que puso cuando se entero que no existe papa noel.

Francisco: Hago otro chiste para ustedes. Que le dice una pared a la otra?

Fabían: Ese chiste es viejisimo.

Francisco: Nos encontramos en la esquina.

Fabricio: JAJAAJA!

Francisco:...

Fabricio: Es buenisimo, las paredes no hablan! Jajjaja!

Francisco: Al fin ice un buen chiste.

Fabían: hice va con H.

Francisco: Tenemos que hablar a solas Fabían.

Fabricio: Hablen.

Francisco: A solas.

Fabricio: Pero no quiero irme..

Francisco: Te podes ir?!

Fabricio: Pero..., las facturas...

Francisco: Llevatelas y metetelas por no sé dónde!

Fabricio: Pero, porque, no puedo participar, puedo contar un cuento..

Francisco: Te vas de una vez!

Fabricio: Bueno está bien me voy, me voy. Pero me voy porque quiero.

Fabricio se va y Fabían y Francisco comienzan su conversación.

domingo, 19 de julio de 2009

Resistencia

Cayó la noche. Los cuatro que estamos en el refugio improvisado en el bosque no hablamos ni nos movemos ni cerramos los ojos desde hace horas. Al mediodía entró el enemigo en el pueblo. Hace tres días nuestro ejército, que por dos meses dispuso de los bienes y las personas a sus anchas con la excusa de la guerra, se retiró apresuradamente declarando a las autoridades civiles que la zona estaba asegurada. Hace rato que no suena la artillería. De a poco nos vamos distendiendo y en voz bajísima empezamos a hablar de los acontecimientos del día.

La luna está casi llena pero la tapan de a ratos las nubes. Cubriéndose y vigilando en esa semioscuridad llegó un emisario, un muchacho de trece o catorce años que ahora nos dice que más profundo en el bosque un grupo se está preparando para desalojar al enemigo. Continúa su marcha en busca de desplazados y nosotros seguimos sus indicaciones hacia la zona más profunda y tupida del bosque. Tenemos que llegar antes de que amanezca.

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Hace una semana que estamos en el bosque y cada vez somos más. Los que huyen del pueblo nos relatan que es escenario de atrocidades que además detallan. La indignación hace hervir el campamento.

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Una vez por día, siempre a las cuatro de la tarde, una patrulla inspecciona el bosque. Un camión enorme con más de cien soldados sale por la única carretera. Los soldados se van distribuyendo a lo largo del camino cada diez metros, y avanzan peinando un sector del bosque. A veces se escuchan gritos y disparos, y entonces sabemos que el enemigo le ha ganado a nuestros muchachos que siguen recorriendo la espesura por la noche en busca de refugiados. Ese camión es clave en nuestro plan.

Esos mismos muchachos, unos treinta jóvenes escurridizos de entre once y veinte años, se han ido colando en el polvorín, algunos ganándose la simpatía de los soldados. Cuando tengamos suficientes explosivos, vamos a volar la escuela donde ha hecho cuartel la oficialidad enemiga

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Hoy nos despertamos con la noticia de que habían matado a cinco de nuestros jóvenes agentes mientras robaban explosivos. Ha llegado el momento. Los últimos detalles del plan han sido improvisados y esta noche seremos libres. Se me ha asignado una función en el plan.

Me entregan una pistola y un uniforme enemigo. Conseguir esos uniformes fue una proeza de ingenio del relojero del pueblo y de audacia de los cuatro niños que instalaron las trampas, atrajeron a los soldados con piedras e insultos y finalmente desvistieron los cadaveres decapitados. Me visto y me reuno con los otros dos enviados. Los veo sucios y desprolijos en sus uniformes y me doy cuenta de que no vamos a pasar desapercibidos entre los relucientes soldados rapados.

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En la carretera, el sol que va escondiéndose inunda la caja del camión y me encandila. Estoy con un compañero y varios kilos de explosivos. No sé cuántos. Tampoco sé cuánto hace falta para volar un cuartel general. O una escuela. Yo tengo la libertad de saltar del vehículo antes de impactar. El chofer no. Pero falta mucho para eso. Primero tenemos que atravesar un kilómetro de carretera con un soldado cada diez metros. A medida que vayan subiendo, los tenemos que degollar con un estudiado movimiento entre los dos. mi compañero le da la mano para ayudarlo a subir, lo imovilizamos y yo lo mato. No podemos disparar para no alertar a los demás. Cuando maté al chofer de un tiro, no tuve dudas. Pero ahora el camión frenó, va a empezar una carnicería que ya me hace temblar. Aprieto el cuchillo en mi mano izquierda y lo escondo detrás de la espalda. Nos acercamos al borde de la caja y quedamos los dos estupefactos. Se acercan caminando tres soldados.

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Ya estamos llegando al pueblo. Con nosotros, cien soldados vivos. Milagrosamente nadie notó nuestra pinta desastrosa, ni el hecho de que no lleváramos fusil. Están todos callados, en posición de firmes, mirando hacia donde el sol ya hace rato que se escondió. Ni siquiera preguntaron por los explosivos que ocupan casi la mitad de la caja y hacen el viaje mucho más incómodo que de costumbre. Parecen autómatas sin voluntad.

El camión toma la avenida principal a toda velocidad. La proximidad de su propia muerte ha hecho perder los estribos a nuestro chofer, que grita incoherencias mientras acelera. Los soldados finalmente despiertan de su disciplinada impavidez y desde afuera llega una voz de alto, seguida de disparos. Varios caen al piso y todos empiezan a gritar. Los que están más cerca de la salida levantan las manos. El camión dobla violentamente y toma otra calle. La reconozco: es la calle de la escuela.

Avanzamos a los empujones y ya varios se han tirado a la calle cuando lo hacemos nosotros. Yo salto primero, ruedo varios metros y me levanto casi en seguida. Recorro con la mirada pero todo es confusión y polvareda y no veo a mi compañero.Me pongo a correr. Salgo a una calle desierta y camino rápida y nerviosamente mientras me acomodo el fusil que pude arrebatar.

Mientras camino, me pregunto si el atentado será efectivo, si podremos matar suficientes oficiales como para debilitar al menos localmente a un ejército enemigo que ya ha conquistado casi todo el país, y que aquí no tiene más resistencia que unos civiles refugiados en el bosque, sin armas y sin preparación. Escucho que arrecian los disparos desde la otra calle. Me doy vuelta y el trueno me tira de espaldas. Desde el piso veo el fuego que crece hacia el cielo. No esperaba una explosión tan grande.

viernes, 17 de julio de 2009

El Misterio De La Materia

Avanzamos ciegos, sin una meta concreta, librando obstáculos a corto plazo, escasos de significado, sin mirar atrás.
El rugido de la bestia se hace notar y por momento parece que va a anclar, provocando ira en un significante que de lógica no tiene registro.
Nadie viene detrás, nadie se encuentra a nuestro lado, la soledad de un espacio vacío nos estimula.
Los espejos reflejan tan solo el rostro de la desesperación infundada, y una mueca que se dibuja y se torna abstracta no para de mascullar.
El cuerpo, rígido como escultura, parece desconectarse de la mente: predomina la obstinación, no conoce de cambios.
El camino parece no tener final, pero el horizonte en la recta no trasciende. Avanzando por tramos, una maniobra efímera que corone en un plano sin sentido.
No sabemos de donde venimos, no sabemos a donde ir, solo seguimos con la mirada expectante a lo que va a venir.
La carrera siempre se cree que la gana el más rápido, o en menor medida el que saber llegar. ¿Quién gana cuando se es uno y no hay meta por alcanzar? ¿Es el ganador también el perdedor, por llegar primero pero también ultimo? ¿Cómo saber cuando ganar si no se sabe cual es el final?
Pero el cuerpo encierra un alma cifrada con un código infinito imposible de acceder, cuando no se sabe a donde ir, más apurados estamos por llegar.
Y siempre queremos pasar al de adelante, que aunque el sí tenga un destino, para el sin rumbo es una piedra en el camino.
Lo pasamos.
¿Y ahora?

lunes, 13 de julio de 2009

El conocimiento

Julian Galindez caminaba por un mundo abstracto, envuelto de nieblas. Escucha el ruido de un sapo, se fija a sus alrededos y había un sapo azúl a su derecha.

Sapo: Que haces por aca?

Julian: Como, vos hablas?

Julian no entiende nada, su cara refleja una mezcla entre incomprención y rechazo.

Sapo: Bueno, de aca no sos. Por si no lo sabes, estas en el mundo de los espíritus.

Julian: En el mundo de los espíritus? Yo no recuerdo nada,.... Estoy muerto?!

Sapo: Eso depende de tu definición de muerte. Pero podes volver a el mundo que conoces, posta.

Julian: Puedo volver? Como? Por favor decime como?

Sapo: Pero quién creés que soy! Hegel, Aristoteles! Soy un sapo que te está hablando, por supuesto que no sé como.

Julian: Oh.......

Sapo: Como Oh?! NO ME SUBESTIMES. Yo sé quién te puede ayudar.

Julian: Si?!

Sapo: La serpiente Bora lo sabe todo, pero ten cuidado, acostumbra comerse las almas de aquellos que le consultan.

Julian: No importa, voy a ir igual.

Sapo: Seguro? Te podes quedar aca con migo, estar centado y no hacer nada, suena aburrido pero después de 725 años te acostumbras.

Julian: Voy a ir.

Sapo: O sos muy valiente o muy boludo.

El Sapo le mostró la dirección. Cuanto más caminaba, más oscura se volvía la zona. Al final estaba en una selva, se escuchaba ruidos de animales y bihcos muy salvajes. En un templo que había sido dominado por la naturaleza, se encontraba una entrada. Arriba de ella, había se encontraba una especie de cartel que decía: "El más ignorante es aquel creé saberlo todo". Julian avanza lentamente, es tan oscuro que casi no se puede ver. Pero inmediatamente descubre que hay una sona iluminada. Cuando llega a aquella zona, se encuentra con un salon enorme iluminada por una luz celeste que venía desde arriba. En el medio del salón, una piedra blanca y un poco brillande. Julian, se acerca hacia la piedra para tocarla, inmediatamente aparece una serpiente de un lugar desprebenido y enrosca a Julian.

Serpiente: La ambición es uno de los disparadores más grandes de la desgracia humana. Tan concentrado estuviste en la piedra que te olvidaste los peligros que la rodeaban.

Julian: No fue por amibición, ni sé lo que es esa piedra. Fue por curiosidad.

Serpiente: Fue por ambición a conocerla, a comprenderla, para saciar tu sed de curiosidad. A que viniste?

Julian: Quiero volver a mi mundo.

Serpiente: Para lograrlo debes comprenderlo todo, solo así será posible.

Julian: No me lo podes decir y listo.

Serpiente: No es solamente un camino es algo que no pudieras comprender, salvo que tengas otro connocimiento previo.

La serpiente, mientras sigue enroscada en Julian se va moviendo.

Serpiente: Yo te puedo darte ese conocimiento, pero piensalo bién, el conocimiento no solo es una responsabilidad, es sufrimiento.

Julian: No me molesta saber, siempre quice saber mucho, entender las cosas. Es muy interesante. Puedo hacer los deberes sin leer y aprender esas cosas aburridas como saber la altura exacta de la montaña más alta del mundo. Quiero saber cosas importantes, como cambiar al mundo, si puede haber energías eficientes alternativas de la nuclear, por que exitimos.

Serpiente: Esta bién que sea así, pero debes empezar por cosas más simples.

Julian: Pero entonces nunca voy a empezar a saber lo que quiero.

Serpiente: Las cosas simples son complejas. Pero las complejas más complejas aún. Tienes que entender los componentes para entender bién el conjunto.

Julian: Pero yo puedo saber lo que es una tarta de jamon y queso sin saber lo que es un huebo.

Serpiente: Conoceras la tarta, pero será un conocimiento parcial, para comprenderla verdaderamente, tendras que estudiar sus componentes y a partir de eso podras saber en que aspectos te alimenta, cuantas proteinas tiene, etc. Si no comprendes eso, la tarta sera una tarta que se puede comer, el resto será un misterio. Eso es lo que hiso dios con Adam y Eva.

Julian: Según el mito, fueron ellos los culpables, por cometer lo prohibido.

Serpiente: Por favor! Dios lo es todo poderoso, el ya sabía lo que iba a ocurrir. Pero le parecio más mejor que ellos crean que eran culpables por ir a la tierra que por un plan que había ideado el mismo.

Julian: A veces es más fácil putear al otro y echarle la culpa que asumir la responsabilidad.

Serpiente: Generalisar es uno de los pocos recursos que tiene el humano para refleccionas y lamenteblemente puede llegar a ser venenoso. Lo que acabas de decir depende mucho de ciertos factores. Le podras echar la culpa a cualquiera, o hasta a un ser querido, pero es más fácil sentirse culpable por algo que echarle la culpa a alguién que admiras......
Adam y Eva eran estupidos. Vivían en el paraiso estupidamente, no entendían nada. Por eso fueron a la tierra, para que vulevan al paraiso conociendo. Pero al fin y al cabo son solo metaforas.

Julian: ........

Serpiente: Veo en tus ojos y en tu forma de actuar, que no eres arrogante, no te limitas por la verdad que quieres conocer, no rechazas inmediatamente lo que dice el otro. Realmente saber escuchar. Vas a ser responsable si conoces las verdad. Puedo darte el conocimiento. Puedo hacer que sepas todo. Pero piensalo.

Julian: Si es la única forma de volver, mi respuesta es sí.

La serpiente se desenrosca de Julian, y va hasta la piedra.

Serpiente: Solo tienes que agarrarla y no soltarla durante 30 segundos. Durante esos segundos vas a empezar a entender todo y al final lo sabras todo. Después de esos 30 segundos, no solo sabras todo, automáticamente volveras a tu mundo.

Julian: Por que?

Serpiente: Lo sabras.

Julian se arrodilla, y toma con las dos manos la piedra. La piedra empieza a brillar. Pasan los primeros cinco segundos, su cuerpo se vuelve tenso. Él tiene los ojos bién abiertos y a la vez comienza a sufrirlo.

Julian: Los senimientos...no son hormonas, están relacionados con las pulsiones,......No! Hay algo más! Mucho más!! Las ideas!! El único elemento que domina el hombre! Aunque depende! Todo es causa de todo! Pero! Eh? NO PUEDO CREERLO! Ah!!!

Serpiente: Ya es demasiado tarde. A partir del momento que uno aprende que haciendo ciertas cosas va a hacerle daño a los demás, a partir de eso, la persona es límitadasa a hacer esas acciones! El concimiento no es solamente una responsabilidad sino también sufrimiento, por que a partir de ese momento, ves cara a cara a la realidad. Lo saber todo, conoces cada consecuendia de tus actos, hasta en las personas que no conoces! Perdes tu libertad, porque sabes lo que tenes que hacer y porque! Cuando lo sabes todo, el mundo pierde su magia, pierde los sueños, las esperanzas y las sorpresas.

Los nervios de Julian parecen que van a estallar. Pasan los 30 segundos. Julian despierta sobresaltado en la cama de un hospital.

viernes, 10 de julio de 2009

Un solo beso

Un solo beso. Martín no conocía esa sensación. Siempre dudaba, pensaba, se mostraba inseguro. Era algo grande.
Sentía un vacío, ese vacío que se siente cuando falta algo, ese algo que con sus cortos 15 años no había experimentado.
Por ese entonces, era lo único que ocupaba su mente. Tal vez por eso nunca antes había podido concretar, porque posibilidades no le faltaban.
Eso y lo que pensaría su padre, como reaccionaria si se enterara lo que en Martín se había gestado. Tenía en su interior emociones y sentimientos opuestos.
Una noche, en la que su padre no se encontraba por un viaje de negocios, Martín se decidió. Lo tenia ahí, estaba con el, acompañándolo en su soledad.
A pesar de que nunca vieron la luz, su padre nunca lo aceptaría. Aun así, Martín quería darle un solo beso.


Un solo beso. Martín, a pesar de ser un joven que toda su vida fue criado estrictamente por su padre, tenía un deseo reprimido, y la ausencia de este hacia posible que lo pudiera concretar.
Él estaba ahí, aguardando por los labios de Martín. Ninguno de los dos hablaba, no había necesidad.
Entonces, sin pensarlo más, se decidió. Una luz inundó la habitación.
Pero antes de que rozara sus labios, se volvió. La luz de su mirada lo seguía observando, pero Martín no estaba listo. Una vez más, no lo pudo concretar. Se dio media vuelta y lo abandonó. Él, se hizo cenizas.
Martín, otra vez, no había podido darle un solo beso.


Un solo beso. Martín se despertó una mañana completamente decidido a concretar ese deseo cautivo. El último fallido había sido el detonante.
Su padre, aun de viaje, jamás podría enterarse, y Martín disponía del tiempo necesario. Pero ya no lo necesitaba, se había armado de valor y los futuros gritos y desaprobaciones de su padre ya no sonaban en su cabeza.
Entonces lo tuvo en frente otra vez. Sin dudar, Martín respiro hondo y se encendió la conexión.
Luego de unos momentos, ya no pertenecía a ese lugar. Lo reprimido había salido y la sensación de libertad lo ubicaba en el cielo. Su mente ya no estaba en conexión con su cuerpo. Él lo había elevado y su padre, por ese instante, había dejado de existir.
Martín esbozo una sonrisa infinita y se lo quedó mirando hasta que la luz de su mirada se apagó.
Fue tal la sensación, que Martín nunca mas lo abandonó.
Un solo beso. Fue el que lo condeno a una vida de adicción.

jueves, 9 de julio de 2009

Pasiones

Es el asado de fin de año, pero nadie parece con ganas de formalidades como desearle un buen año a nadie, ni tampoco de sonreir y conversar trivialidades como si les importara. Organizado por el Ingeniero y con su esposa de anfitriona, vinieron todos, aunque el viernes ya había sido el brindis, que se había extendido hasta tarde, con varios grupos cruzándose de bar en bar. El sábado no se trabajó. Y ahora es domingo a la tarde y de los veintipico invitados, más de la mitad están deseando que termine ya. Un distraido saca un mazo de cartas. La digestión tiene a todos callados, pesados, hastiados, calculando el momento en que sería prudente irse No saben que en realidad, todo está a punto de empezar.

Es sábado a la tarde y Eduardo se levantó hace poco. Aprovechó que no trabajaba y descontó algunas de las horas de sueño que se debía a sí mismo. Ahora está con Andrea en la Costanera Sur.

- No, a mi me encanta verte siempre. Me llamó la atención lo imprevisto, nomás. Y que pensé que hoy ibas a estar con el Ingeniero, como... bueno, asunto de ustedes.

- No te hagas, Eduardo. Y la verdad es que sí, es asunto nuestro, y de última de la esposa también, pero vos sabías cómo era. Pero bueno, quería verte. Tenía media hora para escaparme. Y quería verte, no sé, fue como un presentimiento...

- ¿Qué decís? - Sonrió condescendiente, pero le miró la cara y se puso serio. - ¿Cómo, Andrea?

- Abrazame.

Volviendo a casa después del largo brindis. A todos les resultó una noche dificil. Andrea llega a su casa en taxi, se mete bajo la ducha y se pone a llorar a los gritos. Eduardo aprovecha el viaje en colectivo para tratar de entender la actitud de Andrea en el bar y también para imaginarse cuáles serán los "cambios estructurales" que mencionó el Ingeniero cuando estaban solos, y que quedaron en hablar el lunes. El Ingeniero llegará a su casa más tarde, y tomará todavía otro whisky antes de acostarse en la cama enorme, recordando los muslos de Andrea y satisfecho de su poder inapelable. Martinez de contaduría está revisando los archivos que por casualidad encontró en una computadora que iban a tirar. No quiere extorsionar a nadie, pero tampoco quiere seguir protegiendo a nadie gratis. No al Ingeniero. No después de lo que vió esa noche.


martes, 7 de julio de 2009

Locura

Víctor trabajaba en una funeraria, no era un hombre alegre, no era apuesto ni alto, era patéticamente obsesivo.
Esa tarde, paradójicamente, había fallecido el padre del dueño de la funeraria, de modo que se fue temprano a casa.

Con una pizca de alegría inusual bajò del ascensor y cuando estaba a punto de poner la llave en la cerradura, escuchó y reconoció los gemidos de su mujer y la voz excitada de otro hombre.
Su cara se transformò, se quedó parado detrás de la puerta durante quince minutos, aquellos gritos de placer tan parecidos a los de la agonía.

Su mirada se transformó, se fue.
Volvió a la hora de la cena con una botella del vino preferido de su mujer y varias cajas de pastillas en bolsillo ya trituradas.
Cuidadosamente las disolvió en la copa destinada a ella, la desnudó y la besó como nunca había hecho, al rato se levantó y se fue al velatorio del padre del dueño de la funeraria.



Víctor saludó con un formal “lo acompaño en sentimiento” a su empleador, debido a la reciente muerte de su padre. Bebió un café y por puro compromiso escuchó una o dos conversaciones de familiares aludiendo al muerto. Cuando sintió que su obligación de empleado estaba cumplida desapareció.

Camino a su casa entró en una tiendita, compró bolsas de consorcio, un serrucho y guantes descartables.
Al entrar lo invadió la culpa, inmediatamente se deshizo de ella, como haría mas tarde del cadáver de su mujer infiel.

Puso música clásica y comenzó a desmembrarla para después quemarla, su expresión era inmutable, la carne por un lado, los huesos por otro, los órganos a parte.
Sólo lo perturbó tener que sacarle el anillo de casamiento, dos enormes lágrimas rodaron por su cara, sólo dos. Limpió el anillo con alcohol y lo guardó.
Higienizó todo el departamento, ser tan meticuloso le sirvió en este caso. Nadie jamás descubriría su secreto.



Dos años habían pasado desde aquél día en que Víctor había asesinado a su mujer, ya empezaba a sentirse solo, extrañaba la calidez de un cuerpo femenino en su cama.
Era un asesino, sin embargo andaba suelto como cualquiera de nosotros.

Un año llevaba observándola, ella trabajaba a media cuadra de la funeraria donde el seguía trabajando. Era una mujer de aproximadamente 30 años, hermosa, bastante insegura, tal vez por eso necesitaba reafirmar a cada instante su poder de seducción.

Víctor la eligió, con su aire serio y obsesivo la conquistó.
Eran patéticamente felices, el observaba cada uno de sus movimientos y miradas a extraños, sabía con quien trataba.

Una tarde la vió de lejos coqueteando con el policía de la cuadra.
Inmediatamente visitó a su amigo farmacéutico, compró somníferos, vino blanco espumante, el preferido de ella, la pasó a buscar con una aguda sonrisa y le dijo “esta noche va a ser especial”, el había sentido el macabro placer de la sangre y ansiaba sentirlo nuevamente.

lunes, 6 de julio de 2009

Un joven nomada

Sus nervios iban a estallar, él ya no podía más. No podía más, no podía más!! Detestaba su mundo, detestaba todo, le daba asco su realidad. Por eso, decidió dejarlo todo. Decidió dejar a su colegio, a su familia, a sus amigos, a su novia a su ciudad. Él empezó un viaje y él no sabía si iba a tener regreso. Agarro su mochila, puso media docena de bananas, un lapiz, algunas hojas, una almohada y un cepillo de dientes. Agarro su bicicleta y se fue. Desde su casa, dobló hacia la derecha y siguió recto sin parar. Siempre quizo hacer eso. Le dió con todo, antes de que su hermano o alguno de sus viejos lo vean. Las primeras cuadras las conocía pero lentamente se iba transformando en algo diferente. Él sigió adelante.


Habían pasado horas, días y el ya hace rato que estaba lejos de su hogar. Llegó a una zona montañosa. Sobrevivió como pudo. Cuando llega la cima de una pequeña montaña, se toma un descanso, dibujando el paisaje. Un hombre grande aparece, el vivía ahí. „Es hermoso“ le dijo. Empezaron a conversar, él le preguntó porque vivía ahí. El hombre le dijo que estaba arto de la ciudad, estaba arto de la inflación, de las crisis de los politícos y de la arrogancia de la gente. El solo quería vivr, pero no los problemas que se hacían los humanos a si mismos, sino la vida, él quería vivir la vida. Por eso decidió vivir en la montaña. Él se quedó unos días y después partió.


En un tren está él. Se encuentra con un hombre que vive en los trenes. Le pregunta por que. Él hombre le responde que es su vocación vivir en los trenes y obserbar a la gente que entra y sale. „Sabías que la gente mira más al suelo en los días de lluvía?“ Le pregnta el hmbre. Él lo niega. Conversan y él cuenta que cada día se puede hacer otra cosa, existen millones de posibles actividades para hacer, cada día uno puede viajar a otro lado y sin embargo la humanidad, niega la posibilidad de tener una vida más rica y se decican a juntar objetos y plata, para decir que son ricos. Èl estaba todos los días en los mismos lugares a los mismos horarios y sintió la necesidad de romper esa estructura. Le regalo al hombre el cepillo de dientes y comenzó la vuelta a su casa ese mismo dia.

viernes, 3 de julio de 2009

¿Azar o Causa?

X no era Y. Por el momento, antes de relatar la historia, vamos a llamarlo así, no sea cuestión que en el transcurso ocurra algún acontecimiento contrario y las cosas se reviertan.
El sujeto, por así llamarlo, de momento, apareció en el lugar menos pensado. Hasta ahora sigo agradeciendo al tiempo por ponernos en el mismo lugar con..., X.
Ese lugar era el supermercado. Hice mi recorrido habitual, el mismo y aburrido recorrido mensual. Me detuve en la góndola de artículos de limpieza y mi mirada rápidamente se detuvo en algo más.
Me quede como estatua con el brazo extendido a punto de agarrar un jabón en polvo, con la mirada perdida hacia el final del pasillo. Se acerco lentamente, recorriendo con la vista todos los productos. Llegó hasta mí. Me miró con complicidad, y casi sonriendo, agarro el jabón en polvo que estaba más próximo a mi mano, la cual seguía petrificada, y se fue.
Cuando volví en si, la seguí con la mirada hasta que la perdí de vista. Volví a enfocarme en la góndola y el producto que anteriormente me disponía a agarrar ya no estaba. Tuve que introducir el brazo hasta el fondo para llevarme uno similar.
Yendo para la sección de cajas, me vuelvo a cruzar a dicho personaje, ambos dirigiéndonos a la par a la número “15”. Al llegar los dos, le digo:
- Por favor, primero la niña bonita a su lugar de origen.”
Ella sonrió aun más que la anterior vez, me dio las gracias y pasó.
Mientras embolsaba su compra y yo pasaba mis productos, me lanzaba miradas constantemente. Y en un segundo cambió todo.
Al pasar el jabón en polvo comienza a sonar una chicharra/alarma. La vergüenza me invadió, todo el mundo me miraba, incluso, ahora con mas énfasis, X.
La cajera me informa que había obtenido el pack ganador que entregaba un premio de $250.000 y que, además, mi compra era la número 1 millón, y en alianza con la marca del jabón en polvo y el supermercado, si eso se daba, mi premio se duplicaría. Era acreedor de $500.000.
Luego de las formalidades, firmas, fotos y demás, me cruzo nuevamente con este sujeto que, a propósito, había sido culpable indirectamente que yo escogiera ese producto e ingresara en la fila en dicha posición.
Me felicita por mi logro y me invita a tomar un café más tarde. Dibujando una sonrisa más, le respondo mi agrado por la proposición y guardo su teléfono.
Se despide de mí, me vuelve a felicitar, y cuando se estaba yendo, desde lejos se da media vuelta y me dice:
- “a propósito, me llamo Ximena.”
Ximena no era Yeta, evidentemente.

jueves, 2 de julio de 2009

Orillero

No era de hablar mucho ni de meterse con nadie. Había crecido en el barrio desde los once años y lo conocían todos. De chico la droga y las compañías lo habían mandado en la ruta de las tumbas. Se escapó de la última a poco de cumplir dieciocho, y al tiempo ya estaba de vuelta en las calles anegadas, pero no andaba en ninguna. Más que cualquier otra cosa, el David quería estar afuera.

Volvía al barrio de madrugada, luego de diez horas de limpiar un frigorífico. Casi siempre encontraba a los pibes y tomaba algo de vino antes de ir a dormir, evitaba la base porque no tenía mucho tiempo para descansar, pero cuando había merca rara vez se negaba. El David no era muy vicioso, ya hacía tiempo que estaba casi limpio.

Los nuevos vecinos, los hijos de los nuevos vecinos, lo tenían de punto. El no era agresivo, pero todos recordaban las épocas en que, sacado, se peleaba casi todos los días. Antes de enderezarse, se sabía por su banda, porque él nunca habló de eso, abandonó en unos adoquines mojados de Liniers a un boliviano que nunca se supo si sobrevivió.. Todo eso no lo sabían, o no les importaba, a la nueva camada de rastrillos del barrio, que lo provocaban al verlo manso.

Esa noche había merca. Se quedó tomando hasta las cinco y siguió para su casa cuando los pibes se fueron de joda a la ruta. Dos cuadras antes de llegar tres guachos en una esquina empezaron a boquear a los gritos, llamándolo por su nombre y acusándolo de gato y de comerse siempre los mocos. El David hubiera podido desviar por la bocacalle, o meterse en el baldío que daba a la remisería. Pero siguió caminando hacia donde estaban los giles que seguían amenazándolo.

El David no era de amenazar.

Ya no pudo volver al barrio, donde lo esperan para cobrarse un alto precio por esos que no valían nada. En realidad no puede volver a Buenos Aires, porque tiene pedido de captura. Hoy el David sigue aprendiendo a caminar, pero por otros caminos.