martes, 23 de junio de 2009

EL ÚLTIMO TREN


Ahora que veo todo desde afuera nada parece tan importante.
Es difícil desvincularse de las cosas o las situaciones cuando uno està involucrado, lo escuché muchas veces, recién hoy lo comprendo realmente.
Es un día precioso, el sol brilla e ilumina la ciudad, también ilumina las vías del tren, que estoy observando en este momento, y reflejan la luz del metal en la estación.

Siempre me fascinaron los trenes, desde chico, mi abuela me llevaba a pasear en tranvía primero y de mas grandecito en tren.
Me asombraba la vida interior de los trenes, el mundo que se genera dentro de ellos, la unión de gente tan diferente con el único objetivo en común de llegar a un mismo lugar.

En los trenes escuchaba conversaciones ajenas y generalmente inventaba los finales, porque nunca llegaba a oírlos, tal vez ahí empezó a nacer en mí el escritor frustrado que siempre fui.

Estoy viendo que llega la policía, una ambulancia, inútil en esta instancia, ya estaba estacionada cerca del tren detenido.
Y ustedes se preguntaran ¿Qué hace este hombre sentado frente a la estación mirando esta escena con tanta tranquilidad? Mientras la gente grita, se horroriza y pone cara de espanto.

Simplemente estoy despidiéndome de mi cuerpo sin vida, destrozado e irreconocible, tirado en las vìas del tren.

3 comentarios:

valeria dijo...

Qué final más shockeante. Está muy bien logrado el efecto. Por momentos parece que es así, pero con la historia de la abuela uno se olvida.

Alfajor De Frutas dijo...

No me imagine que la victima era la persona que contaba. Fue una sorpresa

Ezequiel dijo...

Me hizo acordar a la cancion de Arbol "el fantasma". Icreible como debe ser ver toda una situacion y ser ajeno a ella. Muy bueno.