martes, 16 de junio de 2009

PRIMER GRAN SUSTO


Teníamos veinte años, estábamos muy enamorados, algo así como pasa solo en las películas.
Alguien nos había prestado 3 o 4 maquinitas, muy básicas para fabricar medias, muy básicas también.
Estábamos felices, a mí siempre me encantaron los retos, y sobre todo si esos retos daban posibilidad de obtener billetes que facilitaran mi independencia económica.
Ese mismo alguien nos prestó una habitación en un galpón y ahí instalamos nuestra muy mini fábrica de medias.

Teníamos solo una mesa larga para trabajar, embolsar, escribir, hacer cálculos, todo se hacía en aquella mesa, incluso sirvió para amarnos.
Una radio vieja donde sonaba la Rock and Pop que se escuchaba solo cuando las máquinas no funcionaban porque sino el ruido del motor silenciaba cualquier otro sonido.
Otro alguien un día me dijo: tenés que tener cuidado con la ropa, no uses ropa suelta porque eso que no me acuerdo como se llama que gira y es lo que hace funcionar al motor, puede agarrarte la ropa o el pelo y provocar un flor de accidente.
Obviamente nunca tome ese consejo en serio, a los veinte yo creía que nada podía pasarme, era un estilo raro de la mujer maravilla.

Un día, ya era tarde, estábamos trabajando, tenia el pelo suelto. De repente se suelta uno de los hilos de una de las máquinas, sin detener el motor me agaché a recogerlo, y tal cual me había anticipado aquél alguien mi pelo se enreda en la rueda que giraba a toda velocidad.

Por suerte Harry estaba ahí, cortó la corriente eléctrica a penas se dio cuenta de que algo raro sucedía. Se acercó me ayudó a levantarme, me tomó con las dos manos las mejillas, me miró con tanta dulzura y miedo que a pesar de mi dolor pude percibir y me dijo: sos hermosa, sos la mujer mas hermosa que jamás haya visto.

En ese mismo instante supe que algo muy feo me había pasado y que realmente tendría la apariencia de un monstruo.

Durante varias semanas me asustaba al mirarme al espejo, el pelo volvió a crecer y las heridas se curaron, creo que desde ese día empecé a escuchar más a los alguien que aparecían en mi camino dándome consejos.

2 comentarios:

valeria dijo...

Funciona, el contraste de felicidad/belleza de juventud con el horror monstruoso del final.

La amenaza de esa máquina.

La rock and pop, como referente de época.

Anónimo dijo...

Con muy pocas palabras pero con mucho orgullo y admiración, te felicito Mari.

Tenes una sensibilidad y sencillez que hacen a cada uno de tus textos, únicos.

Espero al proximo martes para continuar sumergirme a tu increible mundo literario.

Te quiere,

Daiana