miércoles, 3 de junio de 2009

¿Y esto sirve para….?

- Buenas…que tal amor, ¿Cómo estas?
- Y, acá, no me ves?, acomodando un poco las cosas….
Mientras, él va apoyando el abrigo y el maletín en el sillón, y las llaves junto con otras cosas sobre la pequeña mesita ratona. Hace un pequeño bufido, cerrando los ojos enarcando las cejas. Al rato pregunta:
- ¿Hay algo para comer?
- ¿Recién llegas y lo único que te interesa es saber si hay algo para comer?
- Bueno, te pregunto a vos porque sos la única persona que encuentro acá.
- Pero no soy la única que vive acá, así que podrías fijarte vos ya que estas sin hacer nada.
Ella permanecía en la pieza, solo se oía su voz algo tensa y nerviosa.
- Bueno, me parece que alguien tuvo un mal día ¿Queres que vuelva dentro de unos minutos? Me parece que va a ser mejor.
Los pasos descalzos sobre el parque se escuchan apurados.
- No, para para. Disculpame. Si, tuve un día horrible en la oficina, no lo banque mas y me vine para acá. Lo único que quería era verte, y me enoje con vos porque no estabas. No tenés la culpa de nada, perdoname.
- Pero si tontita, vení para acá-
La abraza, apenas unos segundos, luego toma su cara con las dos manos y le da un beso.
- Disculpame vos a mi, ni te pregunte como estabas, la culpa es mia. Hace falta ir a comprar algo para comer?, bajo al super de la esquina…..
- No, deja, seguro en el frezzer quedan medallones de pescado. Hago una ensalada y listo.
- Mmmm, dale, me pego un baño rápido, así me saco el frío.
Le da otro beso corto, la deja y acercándose a la puerta revolea los dos zapatos hacia dentro de la pieza. Luego entra al baño. Ella toma un teléfono celular de la mesita, lo usa unos segundos y lo vuelve a dejar en el mismo lugar.
A los minutos sale con un toallón en la cintura, secándose el pelo con una tolla del mismo juego, mientras camina hacia la cocina. Desde ahí se oye el ruido de un cuchillo chocar contra una tabla de madera.
- Ahora es otra cosa. Parece que arreglaron la caldera, el agua esta más caliente que ayer. Ahh, cambiando de tema, seguramente en dos semanas tenga otro congreso, creo que en Fortaleza, unos 4 dias, mas o menos.
Ella no responde. Parece algo tensa al cortar la lechuga en juliana.
- ¿En cuanto comemos?
- ¿Por qué no te pones hacer algo en vez de hablar y hablar como una cotorra?
- Bueno, hace falta que me contestes así nena, que te pasa, eh?. Si tuviste un mal día arreglatelas en el laburo, dale. Que mina histérica….- Dice, mientras sale
hacia el living.
- Claro, histérica, pero estaría bueno que te pongas hacer algo, no? ¿Que decís?
- Bueno, para, mártir, ahora resulta que sos vos la que hace todo. Además fuiste vos la que puso las reglas, el primero que llega hace de comer…
- Y parece ser que siempre sos vos el que llega después, que coincidencia….
- Uhhh flaca siempre lo mismo. Toda esa vuelta tenias que pegar para reprocharme lo de llegar tarde. A veces tengo mas laburo que otros días, es lo que suele suceder cuando una persona trabaja por su cuenta.
- Es que tus “a veces” son muy “a menudos”, mas en los últimos meses.
- Bueno, cuando comienzan las clases suele subir un poco el trabajo. Me avisas cuando este lista la comida, me voy a preparar para mañana.
Entra a la habitación. Sale con un portafolio grande, lo deja sobre el sillón, toma el bolso de trabajo de todos los días, lo abre y comienza a revisar los elementos.
- En diez minutos esta. Así que otro congreso, y en las mejores playas de Brasil. Nunca un Lugano ustedes, eh?, que mal que la pasan.
- Avisame cuando me tenga que reír.
- Bueno, no te enojes. ¿Que tal el día de hoy?
- Igual, mucho torno, muchas caries, muchos chicos llorando, lo de siempre.
Ella se sienta en un puf, justo al lado del equipo de música. Lo mira mientras él limpia algunos elementos y cambia algunas piezas.
- ¿Hiciste llorar a muchos chicos hoy?
- Los suficientes como para poder seguir viviendo.
- ¿Y pagarte esos congresos?
- Ya te explique el otro día que los congresos me los paga un laboratorio. Si vas a seguir con el cuestionario, prefiero que lo hagas por escrito.
- Bueno che, que carácter!
- Es que vos, gorda, venís cruzada del laburo y yo después te tengo que bancar, y me terminas pasando tu mal humor.
- Bueno, disculpame, tenés razón.
Se quedan callados. El sigue con sus cosas, mientras ella continua observándolo.
- Y ese aparatito, es nuevo, no?
- Me lo entrego el laboratorio para probarlo, es una cosa que quieren lanzar.
- ¿El mismo laboratorio que te banca el viaje?
- Uhh, si el mismo.
- ¿Y para que sirve el aparatito?
- Para que vos preguntes, para eso sirve.
- Mira vos, anda bárbaro entonces.
Ella se toma una pausa. Luego pregunta:
- ¿Y esto sirve para responderme?
Saca un pequeño papel mal doblado de uno de los bolsillos del pantalón. Él lo mira, detiene lo que estaba haciendo.
- ¿Y eso que es?, - pregunta él con un aire superador, pero con la cara algo
preocupada.
- No se, estaba esperando que me digieras algo….Acá dice “Corazón, espero verte pronto otra vez”….no se, vos dirás…
- Eso es de hace mucho tiempo, antes de que nos viniéramos a vivir acá. Que se yo, un año atrás por lo menos.
- Ahhh, mira. Lo guardas con mucho cariño.
- Uhhh, es algo viejo. ¿Vos no tenés cartas de tus noviecitos?.
- No, pero no me parece mal que lo guardes. Lo que me parece raro es que lo encuentro recién ahora, cuando no es la primera vez que acomodo tus cosas…eso, nada más….ahh, y este folletín con viajes, justamente para Brasil y el Caribe. ¿Esto sirve para que entienda algo?
- Me lo dieron en la calle, es una propaganda de una agencia de viajes, ¿Que tiene de malo?
- Ahh, ¿La guardaste porque te gusto? ¿Ahora coleccionas propagandas?
- No negra, la puse junto con otros papeles, y cuando los saque seguro me quedo entre ellos, que se yo, tirala si querés.
- No, esta bien, es tuya.
- Y si es mía, para que haces tanto circo. Damelá, damelá, así la rompo.
La toma nervioso, y la rompe en varios pedazos. Los pone sobre la mesita, mientras ella vuelve a la cocina. Al rato comienza a preparar la mesa, y él mira cada movimiento de ella, como para que otro ataque no lo tome por sorpresa, sin dejar de acomodar sus cosas
- ¿Para que pones 3 platos? Pregunta sorprendido y algo contrariado. En eso suena
el timbre. Él no reacciona.
- Abrí… ¿No vas ha abrir?
Abre moviéndose de manera trabajosa, lento, con miedo. Entra una linda mujer ni bien suelta el picaporte.
- Hola amor, que lindo que me recibas así.
Él se deja abrazar pero gira su cabeza para mirarla. Ella se acerca a un pequeño mueble y abre uno de los cajones retirando algo. La recién llegada se queda inmóvil.
- Para, ¿Que vas ha hacer con eso?
- Supongo que esto sirve para solucionar las cosas.
- Para!! NO!!.

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